El curioso truco con el que la humanidad sobrevivía al invierno en la Edad Media
¿Alguna vez te has preguntado cómo soportaban el frío en otra época?

Iglesia románica de Nuestra Señora de Las Vegas. / Domingo Leiva
Dicen que el ser humano es curioso por naturaleza, por ello, uno de los temas que más interesan a la sociedad es la historia. Conocer cómo era el pasado para avanzar hacia el futuro.
La Edad Media es una de las favoritas de los más curiosos. En esta época era diversos los desafíos con los que se encontraba una persona para poder sobrevivir, uno de ellos era el frío del invierno. Muchos se preguntarán cómo es posible que la humanidad soportase la estación más fría del año sin calefacción. Pero la mente humana consiguió tener el truco perfecto para sobrevivir al frío entre los siglos V y XV.
Viviendas medievales: un refugio rudimentario
Es probable que lo primero en lo que hayas pensado es que se calentaban con fuego, una opción que es correcta, pero no la única.
Según cuenta la historiadora Nuisia Raridi en su cuenta de TikTok, las viviendas medievales eran de madera o de piedra y carecían de ventanas, pues no todo el mundo podía permitirse pagar el vidrio. Por lo que tener un fuego no era siempre la mejor opción.
La cama: el refugio perfecto
Como las condiciones no eran las mejores, la humanidad tuvo que pensar cuál podría ser el refugio perfecto para las noches de invierno. ¡Y la respuesta la tenían en su propia casa!
El lugar perfecto en el que resguardarte del frío era la cama, eso sí, la gente debía taparse con bastantes capas de manta y ropa. Además, no podían faltar los accesorios más calentitos como podrían ser los gorros de lana.
Tapices y pieles: aliados contra el frío
Por otro lado, las paredes de las casas también se podían proteger con tapices gruesos o pieles de animales, así conseguían aislar las paredes de la humedad y el frío exterior.
La creatividad y el ingenio eran esenciales para sobrevivir al invierno en la Edad Media. Las chimeneas, aunque rudimentarias, eran una fuente crucial de calor. Las familias se reunían alrededor del fuego, no solo para calentarse, sino también para cocinar y socializar. El calor del fuego se aprovechaba al máximo, y las cenizas calientes se utilizaban para calentar camas y mantener el calor durante la noche.
La importancia de la vestimenta
Durante el día la vestimenta también jugaba un papel crucial en la lucha contra el frío. Las capas de lana, las túnicas y los abrigos gruesos eran comunes. Las personas usaban varias capas de ropa para mantener el calor corporal, y los gorros y guantes de lana eran esenciales para proteger las extremidades del frío.
Lecciones del pasado
Aunque las condiciones de vida en la Edad Media eran duras, la creatividad y el ingenio humano permitieron a las personas sobrevivir y prosperar. Hoy en día, podemos aprender de estas lecciones del pasado y apreciar las comodidades modernas que tenemos a nuestra disposición. La próxima vez que enciendas la calefacción o te arropes con una manta, recuerda que nuestros antepasados enfrentaron desafíos mucho mayores con recursos limitados, y aún así encontraron maneras de mantenerse calientes y seguros.
Sin duda, la humanidad ha demostrado una y otra vez su capacidad para adaptarse y superar las adversidades. La lucha contra el frío en la Edad Media es un testimonio de la resiliencia y la creatividad humana, y nos recuerda que, incluso en tiempos difíciles, siempre hay soluciones ingeniosas para enfrentar los desafíos.