Nacho Cano se sincera sobre su relación real con su hermano José María Cano antes y después de Mecano
Habla sin filtros con Bertín Osborne en ‘Mi casa es la tuya’
Nacho Cano es un hombre artísticamente inquieto que siempre está ideando nuevos proyectos. Actualmente disfruta de lo bien que le está yendo a su musical Malinche, pero ya está ideando nuevas cosas. Ahora tiene en mente abrir un hotel musical llamado Hoy no me puedo levantar, como esa canción que le ha confesado a Bertín Osborne en Mi casa es la tuya, que escribió cansando de perseguir a su hermano para que hiciera letras. Se bloqueó, se fue de juerga y al día siguiente con la resaca, le salió el tema del tirón.
A partir de ese momento, los dos hermanos se convirtieron en compositores de Mecano y muchos piensas que ahí estuvo el problema de egos que acabó con la disolución del grupo.
El caso es que Nacho Cano recordaba cómo fueron esos tiempos de gran éxito. “Durante los cinco primeros años no hubo ningún tipo de gestión, hubo más bien ingestión e indigestión. A los cinco años tuve un colapso importante de salud, lo tuve jovencito, a los 23 años”, confesaba.
Cambio de rumbo
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Estaba en un estudio en Londres grabando con Hans Zimmer cuando sucedió aquel episodio. “Fueron unos años que no había medida. No teníamos tampoco información. De hecho, de mi grupo murieron prácticamente todos, del primer grupo que tuve. En casi todos los grupos de la época, Los Pegamoides, Los Secretos, Tequila, palmó gente”, recordaba.
Fue una época muy convulsa y de libertad mal entendida a veces. “Se juntó que no teníamos información con que se había muerto Franco y el Madrid de los 80 era como cuando a los galgos les pones la zanahoria, pues todas las zanahorias nos las queríamos comer. Encima apareció el sida en el 85. Fueron unos años de mucho traqueteo. Nos lo pasamos muy bien, pero nos pegamos unos festivales que no tenían fin”, aseguraba sobre aquellos años locos.
El compositor Hans Zimmer le metió en un sitio y cuando salió fue a visitar un museo. “Me puse delante de Tutankamon un rato y cambió el tema. Desde ahí, si salgo, bebo, pero nada de drogas y estupefacientes, nada. Lo probé todo”, reconocía.
“Tienes que hacer un cambio radical, tu cuerpo te ha dicho, ‘oye’. Mis años intensos fueron pocos y luego ya, otro término y hay que cuidarse. La salud es fundamental”, admitía.
A partir de entonces se centró en el trabajo. “Paro con 23 de la vida loca, a tope, de no tener medida. De trabajo no paro nunca. Yo estaba haciendo Mecano y un montón de cosas más, produje a La Unión, Olé Olé, todas las sintonías de la televisión…”, enumeraba.
El adiós de Mecano
Y el grupo llegó hasta que un día dieron su último concierto sin saberlo. “En el año 92, el último concierto de Mecano, en Valladolid, nadie pensó que Mecano se había separado. Yo hice un disco que se llamaba Un mundo separado por un mismo Dios, que lo hice premeditadamente muy distinto a lo que hacía en Mecano porque pensé que tendríamos na carrera en solitario, paralela al grupo. No pensé que el grupo estaba deshecho, pensé que después de 12 o 13 años muy intensos, necesitábamos un tiempo para cada uno hacer sus proyectos, pero ni Ana ni yo, y creo que José tampoco pensó que ese era el final del grupo”, confesaba.
Pero en una entrega de premios, en 1998, José María Cano sorprendió a todos, incluso a su hermano y a Ana Torroja, anunciando que dejaba el grupo. “Un día mi hermano dijo que el grupo se había acabado y hasta hoy”, decía.
Tiempos de hermanos
Su relación se había deteriorado, pero no siempre fue mala. “Mi hermano y yo vivíamos en la misma habitación, toda la infancia. Él me llevaba al Corte Inglés cuando tenía cinco añitos y oíamos los discos por los cascos. Podíamos comprar con la paga uno, pero íbamos cinco horas y escuchábamos. Los primeros conciertos, cuando venía Génesis, me llevó. Jugábamos a dobles en la Ciudad Deportiva juntos, él era mucho más alto y yo más pequeño, pero llegamos a jugar la final. Tuvimos una relación de buenos hermanos, llevándonos muy bien, hasta que vino la fama del grupo y con eso se empezó a complicar todo. los primeros años los recuerdo con cariño”, reconocía Nacho.
Pero no anhela aquellos tiempos porque como él mismo reconocía, “no echo nada de menos porque mi vida sigue siendo muy interesante a día de hoy y creo que, en parte, porque procuro no echar de menos nada y pensar que lo mejor está por llegar. Pero recuerdo aquellos años con mucho cariño porque, además, nos queríamos mucho y nos llevábamos bien”.
Compusieron una sola canción juntos, Quiero vivir en la ciudad, que estaba de cara B del primer single de Mecano. Yo hice la música y él la letra.
Ahora solo nos queda escucharlas.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...