La princesa Amalia, heredera de Países Bajos, no puede salir de casa por amenazas de un grupo criminal

Hace tan solo un mes, la joven Catalina Amalia de Orange, heredera al trono holandés, se independizó de su familia para probar suerte y vivir su propia vida. La princesa, de tan solo 18 años, se mudó a la capital del país, en Ámsterdam, para empezar sus estudios universitarios en Psicología, Políticas, Economía y Derecho. Sin embargo, ahora, solo unas semanas después de dar ese gran paso, la heredera ha tenido que regresar a la residencia real tras haber sido amenazada.

Así lo reconocieron los reyes de Holanda, Máxima y Guillermo, en una comparecencia en su Visita de Estado a Suecia este jueves: "No puede salir prácticamente de casa". Según han informado desde la propia familia real, tal y como recoge El País y Cadena Ser, la Princesa de Orange se ha visto seriamente amenazada y los dueños de la corona temen que pueda ser secuestrada o atacada por bandas criminales.

Aunque no han dado más información sobre estas presuntas amenazas a Catalina Amalia de Orange, el primer ministro, Mark Rutte, trató de calmar los ánimos garantizando la seguridad de la heredera: "Todos los involucrados están haciendo todo lo posible para asegurarse de que ella esté a salvo".

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Ha sido la propia reina Máxima de Holanda quien ha lamentado la vuelta forzosa de su hija en tales circunstancias. "Las consecuencias son muy duras para ella", ha expresado la monarca en la rueda de prensa.

Por el momento, ni el Servicio de Información del Gobierno neerlandés (RVD), ni la Policía han hecho más declaraciones sobre la seguridad de la Princesa de Orange, según informa el medio holandés De Telegraaf. Lo que sí adelantaron los monarcas es que está siendo una "situación realmente muy difícil" para ella y que su hija está siendo "muy valiente", pese a no poder llevar, al menos por el momento, una vida de estudiante como otra cualquiera.

La princesa Amalia, le heredera rebelde de Países Bajos

Fue en el mes de septiembre cuando Catalina Amalia de Orange decidió seguir su propio camino alejadas de los privilegios (y los focos) que rodean a su familia. La joven heredera optó por iniciar sus estudios en la Universidad de Ámsterdam y, como otras alumnas de su edad, se fue a una residencia de estudiantes.

 Esa fue una de las primeras tradiciones reales que quebró la joven al no asistir a la Universidad de Leyden como muchos de sus antepasados. Además, tampoco quiso ingresar en ninguna hermandad como hicieron el resto. De hecho, se negó a formar parte de ella después de que el centro fuera acusado de sexista por un discurso realizado durante una fiesta.