¿Quién fue el primer vegano de la historia?
Pese a lo que muchos creen, el veganismo no es precisamente un movimiento reciente: siempre hubo quien se mostró contrario a utilizar animales para comer o vestirse.
En pleno 2022, quedan pocos ciudadanos que no sepan en qué consiste el veganismo. Un movimiento que rechaza la explotación de los animales, lo que incluye utilizarlos para comer, vestirse, en labores de experimentación o para divertirnos a su costa. Todo un sistema ético que no para de sumar adeptos: según el último informe The Green Revolution, en España hay ya 315.000 veganos, lo que equivale al 0,8% de la población. Por su parte, los que se consideran a sí mismos vegetarianos o flexitarianos son muchos más: unos 5 millones de personas, lo que supone un crecimiento del 34% con respecto a 2019.
El término veganismo fue acuñado en 1944 por Donald Watson, fundador de la Vegan Society británica. Lo hizo con el objetivo de diferenciarlo del vegetarianismo, que rechaza el consumo de carne pero acepta el de otros productos de origen animal, como la leche lo los huevos. Y es que, aunque Watson era vegetariano desde 1924, con el tiempo llegó a la conclusión de que, para respetar completamente a los animales, tenía que dar un paso más. “Si queremos ser verdaderos libertadores de los animales debemos renunciar absolutamente a nuestra tradicional y egoísta actitud de creer que tenemos derecho a utilizarles para nuestras necesidades”, declaró.
“Respetar a todas las especies”
Pero lo cierto es que siempre hubo veganos, mucho antes de que Donald Watson pronunciara aquellas palabras. Existen evidencias de que ya hace más de 2.500 años hubo quien rechazaba utilizar a los animales de forma alguna. Es el caso de Pitágoras, considerado uno de los primeros veganos de la historia. En torno al año 500 a.C., el filósofo y matemático griego comenzó a hablar a sus discípulos de la importancia de respetar a todas las especies animales, también a la hora de alimentarse, por una cuestión de compasión hacia otros seres con capacidad de sentir y sufrir. Casi al mismo tiempo, aunque en el otro extremo del mundo, Siddhārtha Gautama (más conocido como el Buda) desarrollaba su doctrina ‘ahimsa’ en la actual Nepal. El maestro espiritual abogaba por el respeto hacia cualquier ser capaz de sentir.
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Otra religión oriental, el hinduismo, también cuenta con un porcentaje importante de vegetarianos entre sus seguidores. “No hay pecado en comer carne, pero la abstención trae grandes recompensas”, especifica el libro de leyes Manusmriti. En la propia India, de hecho, existen religiones cuyo origen se remonta incluso más atrás en el tiempo que el propio Pitágoras. Parsuá, en el siglo VII a.C., desarrolló una de las doctrinas que podrían acercarse a lo que hoy se considera veganismo: la religión jaina. Según sus postulados, los jainistas no sólo no comen carne o alimento de origen animal alguno, sino que evitan cualquier partícula que pueda contener restos de animales muertos, lo que les lleva a filtrar el agua potable e incluso a dañar lo menos posible a las plantas, evitando los tubérculos, ya que pueden ser hogar de pequeños insectos.
Movido por cuestiones de salud, e influido por figuras como la del propio Pitágoras, Leonardo Da Vinci siguió una dieta vegetariana, basada fundamentalmente en verduras, legumbres y frutos secos. En España, se sabe que el universal Miguel de Cervantes abogaba por esta manera de comer: “La alimentación de los hombres superiores es la de las frutas y raíces crudas”, sostenía. Algo parecido creían los filósofos Voltaire y Rousseau, padres de la Ilustración, que criticaban duramente el consumo de animales. Ya en el siglo XIX, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche defendió activamente los derechos animales: “la sensatez comienza ya en la cocina”, declaró solemnemente. En ese mismo siglo, figuras clave del feminismo como Margaret Fuller (1810-1850) o Louisa May Alcott, autora de ‘Mujercitas’, practicaron el vegetarianismo durante toda su vida.
Todos ellos podrían considerarse, de una manera u otra, los precursores de lo que hoy se denomina veganismo… aunque la palabra no hubiera sido inventada aún.
La alimentación de los hombres superiores es la de las frutas y raíces crudas (Miguel de Cervantes)