Thalita Rebouças: De ‘La voz kids Brasil’ a escribir la saga ‘Confesiones’ que ahora entra en la causa LGTB
La primera entrega de la saga ya tiene película en Netflix
Thalita Rebouças es una mujer muy popular en Brasil. Además de ser la presentadora de La voz kids en su país, es uno de los últimos fenómenos de la literatura juvenil gracias a su serie Confesiones. De la primera entrega, Confesiones de una chica invisible ya hemos podido ver la adaptación en Netflix.
En estas fechas donde el Orgullo LGTB cobra tanto protagonismo ha lanzado el segundo volumen, Confesiones de un chico tímido, nerd (y un tanto) enamorado. Si en la primera entrega se centraba en el bullying, en esta segunda novela, el tema central es la homosexualidad y la importancia de respetar a los demás independientemente de su identidad sexual.
“Muchos padres y madres han descubierto en la serie Confesiones otra manera de estar atentos a las señales de sus hijos, si están tristes o si se sienten solos, y, sobre todo, que decirles a sus hijos ‘habla conmigo’, es a veces lo único que necesitan”, asegura la autora.
Descubriendo su identidad
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Davi es un adolescente tímido que intenta conectar con la gente a través de una de sus pasiones la astrología. Y entre carta astral y carta astral va descubriendo su orientación sexual.
“Quien nunca se haya sentido excluido, que tire la primera piedra”, asegura la autora. “Este joven de 16 años lidia con las dificultades de la adolescencia: primeros amores, amistades y, en su caso particular, el descubrimiento de su propia sexualidad. Interesado en la ciencia y en la astrología, nuestro protagonista pasará por situaciones nada fáciles en esa búsqueda de entender sus emociones, y allí estará Tetê como su ‘compinche de lujo’, acompañándolo en la aventura de la adolescencia”, señala sobre el argumento de su nueva novela.
“Al igual que con el primer libro, este también nace de una petición expresa de mis lectores y pensé que, después de haber tratado el tema de la salud mental y la autoestima con Tetê, este era el momento idóneo de hablar de un tema tan importante como la homosexualidad”, explica sobre el origen de esta nueva novela.
“Con Tetê hablé mucho de la salud mental y el acoso y con Davi trato la identidad sexual, la homosexualidad, pero también de la relación de los adolescentes con la familia, de cómo es importante que los padres y la familia aprendan a ser más empáticos. Para mí este era un tema muy urgente, porque en Brasil hay un alto nivel de agresiones contra el colectivo LGTBIQ+, pero es una lacra universal ante la que los jóvenes están muy indefensos”, reflexionaba Thalita.
La evolución de la juventud
“Me choca mucho la intolerancia, y quería hablar de la importancia de respetar a los demás, independientemente de su identidad sexual. Esta nueva generación ya lidia con su sexualidad de una manera diferente que la mía, porque la tecnología ha cambiado la forma en la que los adolescentes se comunican, pero siempre he sentido que sus conflictos siguen siendo los mismos, y que los lectores me pidan que hable de estos temas es prueba de ello”, añadía sobre lo mucho, o no, que ha cambiado la juventud.
“Tener el mundo en la palma de la mano es la gran novedad, pero la intensidad de la adolescencia no ha cambiado: ni el sentirse un extraño en tu propio cuerpo, ni el dolor de los amores no correspondidos, ni sentirse excluido por los compañeros o incomprendido por tus padres… Si además de eso, hay que enfrentarse a temas como la salud mental o el rechazo de otros por la identidad sexual, creo que es imperativo hacer lo que uno pueda para derribar tabúes”, explicaba en una carta compartida por su editorial.
“Yo lo hago trasladando mensajes de respeto, comprensión, seguridad y autoconocimiento de las emociones, siempre con un lenguaje claro y que invite a la reflexión. Y nada me hace más feliz que recibir mensajes, no solo de mis lectores dándome las gracias por hacerles ver que no están tan solos, sino de padres y familiares que han encontrado en mis libros una manera efectiva de acercarse a sus hijos adolescentes”, añade.