La noche que Madonna se escapó con su novia para ver a David Bowie: "Cambió mi vida para siempre"
Un espectáculo único que marco su vida y creó un referente para ella

Madonna en Los Ángeles / Stefanie Keenan/Getty Images for Burberry
"Me escapé de casa con mi novia, ocultándome con una capa". Madonna tenía entonces 15 años y no le importó el riesgo de su aventura: iba a ver a David Bowie. No solo "era el primer concierto de mi vida", también fue el que "cambió el curso de mi vida para siempre". Esa noche del 22 de Junio de 1974, después de dos horas hipnotizada – "no creo que respirara" – regresó a su casa una mujer diferente. Aunque su padre la esperaba despierto y estuvo castigada todo ese verano, "mereció la pena cada minuto que estuve encerrada". Quién le hubiera dicho que, años después, bailaría para su ídolo la Danza del Cisne con una máscara de gorila… en el apartamento de Yoko Ono.
"Mi estado mental no era bueno"
Entre junio y Julio de 1974 David Bowie puso en marcha uno de los espectáculos de rock más ambiciosos de los que se conocen. Presentaba su octavo álbum, el de la impactante y censurada portada del híbrido 'mitad hombre - mitad perro'. Diamond Dogs Tour se llamaba y sus 32 conciertos recorrieron Canadá y buena parte de Estados Unidos. Fueron necesarios dos meses de ensayos en el Teatro Capitol, en Port Chester, Nueva York… no eran conciertos al uso. Bowie y el artista y diseñador neoyorkino Mark Ravitz trabajaron sin descanso para crear un extravagante decorado teatral basado en un concepto que el cantante llamó 'Ciudad Hambrienta'. Se inspiraba parcialmente en la película de ciencia ficción Metrópolis de Fritz Lang y en el filme de terror El Gabinete del Dr. Caligari de Robert Wiene.
Mi estado mental no era bueno
Múltiples y elaborados decorados, cambios de vestuario, coreografías, atrezzo. Se estima que el presupuesto rondaba los 275.000 dólares (1'5 millones de dólares actualmente). Un enorme despliegue no exento de dificultades. Además de problemas técnicos y otros contratiempos, el propio David Robert Jones recordaba posteriormente: "Mi estado mental no era bueno. Era emocionante, pero yo estaba muy bloqueado, tan drogado durante todo el show que ahora me sorprende que aguantara y que incluso viajara por América antes de deshacerme de todo". Efectivamente, tras esa primera etapa y un descanso de un mes, el resto de la gira se llamó The Soul Tour, y ya no fue igual.
"Era el primer concierto al iba en mi vida"
Después de presentarse en Canadá y en ciudades de Nueva York y Ohio, los trailers con las seis toneladas de equipo técnico y más de 20.000 elementos móviles de accesorios (farolas, sillas, pasarelas), llegaron a Michigan. El séptimo show de la gira, el del 22 de Junio de 1974, tuvo lugar en el entonces llamado Arena Hall (actualmente Huntington Place) de Detroit.
Madonna Louise Ciccone era entonces una adolescente de 15 años, "una chica solitaria que buscaba algo", admitiría posteriormente. "No me depilaba las axilas y no me maquillaba como hacían otras chicas. Pero estudiaba y sacaba buenas notas. Quería ser alguien". Y así fue como esa joven "disfuncional y rebelde", que se sentía "un bicho raro, una anomalía", acudió emocionada al concierto de David Bowie. "Era el primer concierto al iba en mi vida", confesó.
"Me escapé de casa con mi novia"
No fue fácil para la joven Ciccone llegar al Arena Hall: "Me escapé de casa con mi novia, ocultándome con una capa… Yo tenía ya muchos de sus discos y era tan inspiradora la forma en la que jugaba con la confusión de su género. Era ambas cosas, masculino y femenino. Divertido y serio. Inteligente y sabio. Sus letras eran ingeniosamente irónicas y misteriosas", escribía Madonna en su tributo al icono del rock tras su fallecimiento el 10 de Enero de 2016.

Madonna en 1972 / Michael Ochs Archives/Getty Images

Madonna en 1972 / Michael Ochs Archives/Getty Images
Madonna jamás olvidó ese sábado. El espectáculo que presenció la noche del 22 de Junio, además de ser el primero, también fue el más impactante: "No creo que respirara durante dos horas. Fue el show más sorprendente de los que he visto jamás, no solo porque la música fuera magnífica, sino porque era un gran teatro. Ahí estaba ese hombre bello, andrógino, tan perverso, tan poco convencional, desafiando a la lógica y básicamente… volviéndome loca". Estas fueron las palabras de la cantante en la ceremonia de inducción de David Bowie en el Rock and Roll Hall of Fame del 17 de enero de 1996. Fue ella la encargada de recibir el premio en nombre del 'Duque Blanco' (que no asistió al acto).
"David Bowie cambió el curso de mi vida para siempre"
Se escapó, la pillaron y la castigaron, pero no le importó: "De cualquier forma, volvió a casa una mujer cambiada, como se puede ver, y mi padre no estaba durmiendo y sabía exactamente dónde había estado, y me tuvo castigada el resto del verano. Pero mereció la pena cada minuto que estuve encerrada y todo lo que sufrí en mi casa ese verano".

David Bowie, 1972 / Michael Putland/Getty Images

David Bowie, 1972 / Michael Putland/Getty Images
En su homenaje al genio fallecido, Madonna reconoció: "Estoy devastada. David Bowie cambió el curso de mi vida para siempre". Porque esa noche crucial en la que una chica de 15 años se reconoció a sí misma, también encontró un modelo a seguir: "Verle en directo desencadenó en mí una trayectoria que espero que nunca acabe. Vi cómo construía un personaje y utilizaba diferentes formas artísticas para crear entretenimiento. Le encontraba inspirador e innovador. Único y provocador. Un auténtico genio… Gracias David Bowie. Te debo un montón".
Madonna bailó para Bowie la Danza del Cisne
¿Llegaron a conocerse personalmente?. Lo cierto es que solo hay una fotografía, al menos que se conozca públicamente, en la que aparecen las dos estrellas, ambos sonrientes. La propia Madonna la colgó en sus redes tras la noticia del fallecimiento con este comentario: "Muy afortunada de haberte conocido!!. Hot Tramp I love you so!" (una frase de su canción Rebel rebel)
En 2020, el día en el que Bowie hubiera cumplido 73 años, Erika Belle, bailarina de Madonna, desveló una singular historia en Twitter:
"En los 80, Keith Haring me invitó al apartamento de Yoko Ono (el Dakota). Y yo fui con Madonna. Ella y yo hicimos la Danza del Cisne de El Lago de los Cisnes, con máscaras de gorila (fue idea suya) para David Bowie, que era uno de los invitados. Angel David, gracias por la paciencia".