Historia de la ‘portada del carnicero’ de The Beatles: “¿Qué demonios es esto?”
El único álbum ruinoso para el grupo
Para John Lennon fue "tan relevante como Vietnam", Ringo Starr no "sabía lo que estaba haciendo", a Paul MacCartney no le pareció "demasiado ofensivo" y George Harrison pensaba “que era asqueroso... y estúpido". Los cuatro de Liverpool posaron sonrientes para la cámara de Robert Whitaker en lo que terminó convirtiéndose en la “portada del carnicero”, la más polémica en la carrera de The Beatles. Decidieron que fuera la imagen de su álbum americano Yesterday and today, pero el 14 de Junio de 1966, un día antes del lanzamiento, se retiró de circulación.
La foto “del carnicero”
Había que caldear el ambiente. The Beatles habían anunciado una gira de 17 conciertos por Norteamérica (la tercera y última) para Agosto de 1966, y urgía el lanzamiento de un nuevo disco. Capitol Records lo improvisó. Yesterday and today era un revoltijo de canciones inéditas en el mercado de USA, pero ya incluidas en otros discos del grupo (Help! y Rubber Soul). Se completó con singles recientes y tres composiciones de Lennon para las sesiones de Revolver (el disco en el que trabajaban en ese momento). Cuando reclamaron a Londres una foto para la portada, los Beatles rápidamente enviaron la “del carnicero”: los cuatro vestidos con batas blancas, sonrientes, con trozos de carne por encima, muñecas decapitadas, dentaduras postizas… una macabra e impactante imagen que se convirtió en la más polémica en la carrera de The Beatles y en un codiciado y valiosísimo objeto de coleccionista.

Primera portada "Yesterday and Today", The Beatles / Michael Ochs Archives/Getty Images

Primera portada "Yesterday and Today", The Beatles / Michael Ochs Archives/Getty Images
“Simplemente, gente normal y corriente”
El 25 de Marzo de 1966, Paul, John, George y Ringo tenían una cita en la última planta de un edificio de Chelsea, Londres. Iban a posar para el fotógrafo Robert Whitaker, con quien ya habían trabajado anteriormente y formaba parte de su círculo de confianza: por su humor negro y su apego a lo surrealista era uno de los camarógrafos favoritos de la banda. Whitaker ya había preparado la sesión, como contó en la revista Goldmine: “Fue un trabajo duro. Tuve que ir a la carnicería local y comprar cerdo. Tuve que ir a una fábrica de muñecas y encontrar las muñecas. Tuve que ir a una fábrica de ojos y encontrar los ojos. Dentaduras postizas. Hay un montón de cosas en esa fotografía”.
Testigo personal del grado de ‘deidades’ que habían alcanzado y del fervor que despertaban entre sus fans, decidió crear una serie de fotos satíricas que recordara que esos ‘dioses’ del rock eran en realidad de carne y hueso. "Hice una fotografía de los Beatles cubiertos de carne cruda, muñecas y dentaduras postizas… En todo el mundo había visto a gente que les adoraba como ídolos, como dioses, cuatro Beatles. Para mí, eran simplemente gente normal y corriente”
era una de las imágenes de un tríptico en el que el grupo aparecía como iconos religiosos... si la trilogía se hubiera visto junta, habría tenido sentido
Por tanto, a pesar de las numerosas conjeturas sobre su significado (una crítica a la guerra de Vietnam, una protesta a su compañía discográfica por ‘descuartizar’ sus discos en EEUU) Whitaker lo negó rotundamente. Todo fue idea suya y tildó las suposiciones de “estupideces, absolutos disparates”. Y añadía: “era una de las imágenes de un tríptico en el que el grupo aparecía como iconos religiosos... si la trilogía se hubiera visto junta, habría tenido sentido. El fondo de esa fotografía debería haber sido todo dorado. Alrededor de las cabezas debería haber halos plateados y joyas. La portada era parte de un concepto incompleto… fue justo después de que John Lennon dijera que los Beatles eran más populares que Jesucristo”.
“¿Qué demonios es esto?”
Cuando la fotografía llegó a las oficinas de Capitol Records, con sede en California, el presidente de la compañía, Alan Livingston, enfureció: “La miré y pensé ‘¿Qué demonios es esto? ¿Cómo voy a publicar esto?”, reveló en Mojo. “Se la enseñé a nuestro director comercial y a otras personas y se pusieron verdes”. Livingston hizo una llamada urgente a Londres y suplicó al grupo que reconsiderara su opción. “Mi contacto era Paul McCartney. Él se mostró inflexible e insistió firmemente en que debíamos seguir. Y dijo ‘Es nuestra opinión sobre la guerra”.
Contraviniendo su sentido común, Livingston ordenó la producción de la portada. Se imprimieron 750.000 copias y 60.000 se enviaron a medios y a distribuidores como avance al lanzamiento del álbum el 15 de Junio de 1966. Como era de esperar, la mayoría se opuso a la portada gore. “Rápidamente nos llegó la noticia de que no podrían el álbum en sus tiendas”. El 14 de Junio, se retiró de circulación. Brian Epstein, manager del cuarteto, les convenció para que sustituyeran la ‘portada del carnicero’ por otra menos ofensiva. La nueva foto, que también hizo Whitaker, mostraba a la banda alrededor de un viejo baúl. Y para ahorrar costes, se optó por pegarla sobre la original. Finalmente, Yesterday and today salió el 20 de Junio.
John Lennon: “Es tan relevante como Vietnam”
“Diría que fui el gran impulsor de la portada. Presioné especialmente solo por romper con nuestra imagen”, recordó John Lennon en 1974. En una rueda de prensa de la época, se mostró desafiante: “Es tan relevante como Vietnam. Si el público puede aceptar algo tan cruel como la guerra, puede aceptar también esta portada”. Y no le gustó nada el cambio: “Pegaron esa horrible foto nuestra, en la que parecíamos muertos de hambre, pero que quería mostrar que éramos un cuarteto feliz y afortunado”.

The Beatles / Fred Morgan/NY Daily News Archive via Getty Images

The Beatles / Fred Morgan/NY Daily News Archive via Getty Images
Ringo Starr: “Ninguno sabía lo que estaba haciendo"
Ringo Starr aseguraba en Anthology que en esa sesión de fotos en Chelsea, todos desconocían los planes del fotógrafo: "No sé cómo surgió. No sé cómo acabamos sentados con batas de carnicero y carne cruda por encima. Si nos miras a los ojos, te das cuenta de que realmente ninguno de nosotros sabía lo que estaba haciendo. Sin embargo, la portada fue genial para nosotros, porque la gente nos veía como a un grupo de chicos buenos. Lo que fue una locura es que se prohibió, pegaron otra encima y todo el mundo empezó a ponerle vapor. Eso la convirtió en un objeto de coleccionista y lo siento porque yo no tengo una copia”.
George Harrison: “Pensaba que era asqueroso”
George Harrison fue menos magnánimo en su apreciación: “Pensaba que era asqueroso, y también creía que era estúpido. Algunas veces hacíamos cosas estúpidas, pensando que eran geniales o modernas cuando en realidad eran ingenuas y tontas, y esta era una de ellas. Te ponían en una situación en la que estás obligado, como parte de una unidad, a cooperar. Así que nos pusimos esos uniformes de carnicero para la foto”.
Paul McCartney: “No nos pareció demasiado ofensivo”
“Whitaker sabía que nos gustaba el humor negro y los chistes de mal gusto”, recordaba Paul McCartney en Anthology. “Y dijo ‘tengo una idea, poneos estas batas blancas de laboratorio’. No nos pareció demasiado ofensivo. Solo eran muñecas y un montón de carne. Verdaderamente, no sabía lo que estaba intentando trasmitir, pero parecía algo más original que las cosas que otros nos pedían habitualmente”.
“El objeto de coleccionista definitivo de los Beatles”
La controversia no desalentó a los ‘beatlemaníacos’ americanos y el álbum fue nº1 en las listas Billboard. Aun así, el coste de la sustitución superó los 200.000 dólares, por lo que se convirtió en el único álbum ruinoso de los Beatles para Capitol. Las copias del álbum con la portada original, se convirtieron en un preciadísimo objeto de coleccionista y forman parte de la mitología del grupo. Según George Harrison, es “el objeto de coleccionista definitivo de los Beatles” y su valor es de decenas – a veces centenares – de miles de dólares. A día de hoy, sigue siendo uno de los capítulos más incomprendidos de la historia de la banda.