Lo último de Jeff Lemire es 'El soldador submarino'
Un drama viñeteado que te hará reflexionar.
La mente de Jeff Lemire no puede parar. A su interminable ristra de trabajos para DC y Vértigo ahora suma ‘El Soldador Submarino’, un proyecto personal que se ha dilatado en el tiempo y que por fin llega a las estanterías de las librerías.
Este album presenta a Jack Joseph, un hombre de 33 años a punto de ser padre que vive en la Bahía de Tigg y que tiene una obsesión no del todo por el trabajo, algo que hereda de la figura de su padre.
En un día de trabajo en las profundidades, tras dejar a su mujer en casa en el último estadio del embarazo de forma voluntaria, Jack encuentra un reloj de mano que provoca en él una explosión de recuerdos hasta el punto de llevarle a la confusión, momento en el que pierde el conocimiento.
Sus compañeros y el médico de barco le mandan a casa por precaución, con el consejo de que aproveche el momento para ocuparse de su mujer y de su futuro hijo, pero la sensación que ha despertado ese reloj es demasiado fuerte y no el dejará vivir tranquilo.
Contar más de la historia sería negligente por mi parte; ‘El Soldador Submarino’ es la novela gráfica más pequeña y personal de Jeff Lemire. Una historia corta que baila entre lo onírico y lo costumbrista y que explora en sus páginas temas de gran importancia como la relación entre padres e hijos, la memoria y la realidad, la muerte y la culpa que, seguro, de una u otra forma resonarán en la cabeza del lector.
El dibujo sintáctico de Lemire, pese a que a veces se quiera complicar, sirve para conseguir una lectura rápida y clara. Aunque con apariencia de línea torpe, el trazo es rápido, firme y cada línea sabe a dónde quiere llegar. El entintado, también de aspecto brusco, es potente y los mazos de negro sólo dejan hueco para unas aguadas en escala de grises que ganan terreno en secuencias del pasado o con mayor carga onírica.
Vemos claro que Lemire, aunque lejos de acreditarse como ilustrador profesional, se siente cómodo dibujando y no intenta ir más allá de sus posibilidades, dejando claro que el dibujo es una herramienta para contar historias y que esa parte la tiene totalmente controlada.
El Soldador Submarino es una historia corta que raramente revisaremos, pero es una historia muy especial. ECC lleva a las tiendas una edición en tapa dura que no tiene fallos y que reúne en sus últimas páginas un puñado de bocetos y notas del artista que nos ‘sumergirán’ en su proceso creativo.