Muere Gilbert Gottfried, un secundario de lujo en el Hollywood más cómico
Le recordarás en Este chico es un demonio, Superdetective en Hollywood 2 o doblando al loro de Aladdin
Durante años no había papel secundario de una comedia en Hollywood que no recayera en sus manos. Gilbert Gottfried era uno de esos secundarios de lujo que dejan huella en la industria cómica del séptimo arte en Estados Unidos. El actor ha fallecido a los 67 años de edad en Florida víctima de una extraña enfermedad: la distrofia iotónica de Steinert.
"Tenemos el corazón roto al anunciar la muerte de nuestro amado Gilbert Gottfried tras una larga enfermedad. Además de ser una de las voces más icónicas de la comedia, Gilbert fue un maravilloso marido, hermano, amigo y padre de dos hijxs. Aunque es un día triste para todos nosotros, por favor, seguid riendo tan alto como podáis en honor de Gilbert" explicaba su familia a través de su perfil oficial en las redes sociales.
Como casi toda la cantera de comediantes de los años 80 y 90 en Estados Unidos, Gilbert Gottfried comenzó a dar sus primeros pasos en Saturday Night Live donde su lenguaje y su peculiar tono de voz le convirtieron pronto en un emblema.
No tardaría en dar el salto a la gran pantalla en su primera papel como secundario en Superdetective en Hollywood II, una circunstancia que le venía como anillo al dedo para dar rienda suelta a su vis cómica y a su lenguaje desinhibido. Su papel más importante aquellos primeros años llegó en la saga Este chico es un demonio interpretando a Igor Peabody primero en el orfanato y después en la escuela en la que le hacían la vida imposible a base de travesuras.
Su polivalencia como cómico le sirvió además para poner voz a uno de los personajes más atrevidos del universo Disney: el loro Iago que estaba a las órdenes de Jaffar en Aladdin. Fue la puerta abierta al mundo del doblaje que combinó con constantes apariciones en la televisión estadounidense convirtiéndose en uno de los rostros más queridos de la industria.
Como todo buen humorista que se precie, no faltó a su cita con la polémica con eso que llaman los límites del humor justo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Pero pese a todo consiguió reconciliarse con la audiencia con su trabajo diario y su vis cómica. Que la tierra te sea leve.