‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’: La portada de los ocho Beatles
Es uno de los álbumes más valorados en la historia de la música
Además de ser una de las más icónicas del siglo XX, la portada de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band es la única en la que se puede ver a ocho Beatles. Cuatro son reales y los otros cuatro son de cera (proceden del Museo Madame Tussauds). Las fotografías de los auténticos se hicieron el 30 de marzo de 1967. Esa noche, Paul, John, Ringo y George, posaron con sus famosos uniformes militares de colores fosforito, mientras Michael Cooper se encargaba de disparar su cámara.
La idea de Paul McCartney
Paul McCartney se ha atribuido la idea. Y su fuente de inspiración fue una vieja fotografía en blanco y negro de la orquesta de su padre, la 'Jim Mac's Band', en la que todos los músicos posaban en torno a la batería en la que figuraba el nombre del combo. No obstante, lo que McCartney tenía en mente para la portada de Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band, era algo mucho más sorprendente. Quería un collage que reuniera a figuras históricamente famosas, fotografías de cartón de celebridades a tamaño real: actores y actrices, músicos, filósofos, cómicos… además de muñecas, instrumentos, vegetación, estatuas y todo tipo de objetos. Y color, mucho color. Quería que contrastara con el blanco y negro de la portada de Revolver (1966), el anterior álbum del grupo.
Para elegir a ese 'público' de celebridades, pidió a John, George y Ringo que elaboraran una lista con sus opciones: "Para ayudarnos a encontrar a los personajes de la banda Sgt. Pepper, empezamos a pensar en quienes debían ser nuestros héroes. Tenía que estar cualquiera que nos gustara", reflejó McCartney. Para dar forma a ese concepto, se contrató a los artistas Peter Blake, a su mujer Jann Haworth, y al fotógrafo Michael Cooper. Después de algunas reuniones y conversaciones, la mayoría en casa de Paul, empezó a hacerse realidad la portada más famosa de la historia del pop.
El collage y la sesión de fotos
Durante ocho días, Blake y Haworth trabajaron meticulosamente en el collage. No fue tarea fácil. Contaron la ayuda de tres asistentes a tiempo completo para hacer el ensamblaje. Se utilizaron fotografías adquiridas en librerías, imágenes de colecciones privadas, figuras de cera, plantas de marihuana, flores o artefactos personales, incluido un gnomo propiedad de Ringo Starr.
La siguiente fase, después de terminar el montaje de fotos y objetos, era la sesión de fotos a los cuatro protagonistas. La noche del 30 de marzo de 1967, John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr entraban en los Chelsea Manor Photographic Studios. Allí les esperaba Michael Cooper cámara en mano. Era la víspera de su última sesión en Abbey Road. Al día siguiente concluirían la grabación de Sgt. Pepper’s. Solo les faltaba añadir guitarras y bajo al tema With a little help from my friends.
"Todos elegimos nuestros colores y nuestros propio materiales"
Antes de posar, se colocaron los famosos uniformes militares fosforito que habían sido elaborados para la ocasión. Diseñados por M. Berman Ltd., eran piezas únicas. Cada una de ellas tenía un patrón diferente. "Buscamos colores brillantes, psicodélicos, un poco como los calcetines fluorescentes que se solían usar en los 50 (rosa, turquesa, amarillo)" contaba Paul en The Beatles Anthology. "En el fondo creo que el plan era llevar uniformes estridentes y llamativos, justo lo contrario a lo que en realidad un uniforme". Esos trajes se convirtieron rápidamente en los más simbólicos de los Beatles… y eso que apenas los utilizaron.
Paul y George decidieron ponerse sus medallas de Miembros de la Orden del Imperio Británico que les había entregado la Reina Isabel II dos años antes (en octubre de 1965) . Por su parte John se colocó las medallas que pidió prestadas a la madre del ex Beatle Pete Best. Según publicaba Paul en un post de Twitter: "Para la sesión fotográfica de Sgt. Pepper todos elegimos cosas excéntricas y las pusimos allí. Todos elegimos nuestros colores y nuestros propio materiales".
Los Beatles duplicados
Además de aparecer con esos celebérrimos atuendos ocupando la parte central de la portada de Sgt. Pepper, todos con bigote, engalanados con bandas militares, encontramos una segunda versión de Paul, John, George y Ringo. En este caso, no son los 'beatles' reales, sino figuras de cera que tomaron prestadas del Museo de Madame Tussauds. Curiosamente, esas cabezas originales de cera que se usaron en la portada del álbum, estuvieron desaparecidas durante 40 años. Aparecieron escondidas en un almacén del Museo de Cera londinense en el año 2005. Y se subastaron.
Esas figuras de cera se hicieron en 1964, en lo más alto de la 'Beatlemanía' y están en la portada de Sgt. Pepper porque, según el propio Peter Blake: "Paul y John decían que debíamos imaginar que la banda acababa de finalizar un concierto, quizá en el parque. Entonces, había que pensar que toda esa multitud detrás de ellos habían visto el show. Y querían tener esas figuras de cera de los Beatles porque pensaban que también deberían estar viendo el concierto de la banda Sgt. Pepper"
Los que se cayeron por el camino
El resto de la 'multitud' que les acompaña incluye a Marilyn Monroe, Karl Marx, Edgar Allan Poe, Albert Einstein, Lawrence of Arabia o Mae West. Hay nombres que se fueron incorporando y otros que cayeron en el camino. Por ejemplo, Jesús y Hitler estaban entre los escogidos por Lennon, pero quedaron fuera de la lista final. Gandhi, por otro lado, fue rechazado por Sir Joseph Lockwood, directivo de EMI, después de pensar que podrían tener problemas en la India. Otras exclusiones fueron accidentales ( A Albert Einstein le tapa la espalda de Lennon, Bette Davis está oscurecida por Harrison) o por temas de derechos de imagen (el actor Leo Gorcey no dio permiso para que utilizaran su imagen a no ser que le pagaran 400 dólares). Mae West, inicialmente, se resistió a ser asociada al 'Club de los Corazones Solitarios', pero accedió después de que los cuatro Beatles le escribiera cartas implorándole que cambiara de opinión.
Una de las portadas más caras
Para la época fue una de las portadas más caras jamás creadas. Y al final, se convertiría en una de las imágenes más icónicas en la historia del rock and roll. Blake, Haworth y Cooper recibieron unos honorarios fijos de unas 3.000 libras por su trabajo. Era una suma exorbitante si se tiene en cuenta que en esa época la media del coste de una portada rondaba las 50 libras.
El 26 de mayo de 1967, vio la luz uno de los álbumes más valorados en la historia de la música, el que tenía en la parte delantera una de las piezas de arte más reconocibles en el siglo XX. Por su trabajo, Blake y Haworth ganaron un Grammy en 1968 Grammy en la categoría de Mejor Portada de Álbum, Diseño Gráfico. Lamentablemente, Cooper se suicidó en 1973.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop