Itziar Miranda (Amar es para siempre) y las series turcas y colombianas: “Hay como una cosa morbosa, cotilla”
Analizamos el boom de las telenovelas con una habitual del género en España
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Itziar Miranda analiza la escena de telenovelas en nuestro país. / Oscar Gonzalez/NurPhoto via Getty Images
Itziar Miranda se ha convertido en una escritora de referencia para niños y jóvenes gracias a su saga de Miranda que lanza una mirada feminista de las mujeres que no han tenido la visibilidad histórica que hubieran merecido. Ahora está centrada también en Miranda y Tato, otra saga que se centra en los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030.
Una faceta que compagina con la de actriz. Lleva 17 años dando vida a Manolita Sanabria, uno de los personajes entrañables de Amar es para siempre. Sabe lo que es formar parte de una telenovela diaria y es partícipe del cariño que genera en mucha gente que sigue su historia a diario desde sus casas.
Pertenece a un género cada vez en más auge y no solo por la ficción española sino por la que llega de otros países como Turquía o Colombia. Y de eso hemos querido hablar con ella que tiene criterio para opinar porque lo vive desde dentro.
17 años dando vida a Manolita Sanabria. Supongo que, si llega un día en el que la serie acabe, será como un divorcio, ¿no?
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Totalmente, será un divorcio, sí, sí. Tendré que pasar el duelo porque son ahora mismo 17 años porque empezamos en 2005. Va a ser muy… es que no lo quiero ni pensar. Yo creo que las veces que lo he pensado un poco me he puesto a llorar y todo. Esto tendrá que pasar alguna vez. Iba a ser la serie más corta del mundo, la única serie para la que yo no he hecho un casting porque iba a ser un personaje muy pequeño para una serie con principio y fin que iba a durar solo 80 capítulos, era una serie cerrada. De repente se ha pasado el tiempo y es la serie nacional más larga en capítulos, el personaje más longevo en capítulos y me siento absolutamente afortunada y el día que pase me van a tener que preparar mucho para eso.
Después de 17 años, ¿eres capaz de distinguir persona y personaje?
Sí, sí, sí, sin duda sí. También es cierto que yo he aprendido mucho de Manolita y que hay mucho de Manolita en mí. Supongo que al final, también, los guionistas me conocen tanto que también han puesto mucho de mí en Manolita. Tenemos muchas cosas en común, la cosa familiar, la cosa de tirar para adelante, la cosa de estar siempre metida en un trabajo, en el otro, en mil berenjenales, de carácter también, tenemos muchas cosas. Somos igual de vehementes, igual de mandonas y también hay una ternura muy grande. Me ha enseñado mucho porque al final es un símbolo y un homenaje a todas esas abuelas que no lo tuvieron tan fácil como nosotras y es un referente de feminismo y creo que ese camino que ellas emprendieron, todas esas mujeres que vivieron la posguerra, nosotras tenemos que coger el testigo y seguir para adelante, porque encima lo tenemos más fácil que antes.
Una serie diaria conlleva mucho trabajo, ¿en ningún momento te has sentido saturada?
Con la serie no. Me he sentido saturada, pero porque me meto en mil berenjenales como Miranda y Tato. Estoy escribiendo una colección de cuentos, ya llevo 24 cuentos con Edelvives, que se venden a nivel internacional, que me hacen viajar mucho, que me hacen estar escribiendo hasta altas horas de la madrugada. Tengo dos hijas, también soy embajadora de un Festival Internacional de Música Clásica que también eso me quita mucho tiempo y al final me siento saturada por todas las historias en las que yo me meto solita. La serie para mí siempre es un respiro, es un lugar de confianza, es un lugar de aprendizaje, es un lugar super amable en el que me quedaría muchísimos años.
Las telenovelas españolas como Amar es para siempre dan mucho de sí, ¿qué aporta este género a la ficción de nuestro país?
Amar es un símbolo de nuestro país. El otro día hicimos un 13,8% de audiencia, que no lo hace ya ni el prime time. Yo creo que la gente, igual que dice me voy a dormir la siesta, dice me voy a ver la novela. Entras en las casas en un momento muy íntimo en el que a nadie se le puede llamar por teléfono. No llamas ni a tu madre a esas horas porque no quieres molestar. Creo que se ha contado la historia de nuestro país de manera muy respetuosa, bonita y también hablando y diciendo las cosas por su nombre. Cuando nosotros empezamos en el 2005 no se había hablado de esto en la ficción. Había ciertas cosas que eran tabú de las que no se hablaban y aquí se ha podido hablar de todo eso.
Estamos en época de tendencia en las telenovelas. Primero hemos vivido el boom de las turcas, ¿cómo valora una actriz de telenovela española las que vienen de fuera?
Con curiosidad para empezar porque siempre dices ‘anda, esto, ¿por qué ha tenido tanto éxito?’. De repente las turcas que son tan melodramáticas dices, ‘madre mía’, no sabía que los turcos tenían esta cosa tan emocional que parece más propia de los mediterráneos y los latinos, que también lo son, pero parece que tiene algo más que ver con Italia y España y es que somos muy parecidos, al final, Turquía no está tan lejos. También te das cuenta de que a la gente le gusta mucho el melodrama y que eso engancha y que es un buen género para que la gente se llore sus penas y se ría también con las cosas buenas y divertidas que puedan pasar en esas series. A mí me dan mucha curiosidad y siempre veo todo lo que se estrena.
¿Y entiendes este boom que ha habido con las turcas?
Sí, sí, lo puedo entender. Entiendo que la gente, de repente, la distancias un poco de lo que ellos viven, de lo conocido, y es entretenimiento al final. Sí, sí que lo puedo entender. No es algo que yo consuma porque no tengo tiempo, pero sí es verdad que cuando me gusta una serie hago el esfuerzo por acabarla y me gustan mucho las series. No lo consumo, pero reconozco el valor que tienen y a la vista está, hacen unas audiencias bestiales como hace tiempo que no veíamos.
Ahora empiezan también a tener relevancia las telenovelas colombianas, ¿qué tiene este género para ser tan adictivo?
Esas todavía no las he curioseado, pero me han hablado de ellas y no me han hablado mal. Es eso, es alejarte un poco y engancharte a las cosas que les pasan, al final, hay una cosa como morbosa, cotilla, este que se lía con el otro, que no sé qué, que no sé cuántas… y ahora con el confinamiento que no puedes ir al parque a criticar, pues te lo ves en la tele. Se hace el trabajo un poco para eso. La nuestra es más histórica y luego están estas que tienen más melodrama y dan para hablar y para repartir bien repartido cuando ves la serie y comentar.
Este género siempre se ha visto para un público femenino, ¿crees que sigue siendo así?
Amar no, Amar lo ven más hombres que mujeres. Nuestra serie, es curioso, porque cuando hacen los cuantitativos, la ven más hombres que mujeres. Mucha gente que me para por la calle es como ‘es que mi abuelo la ve, es que mi padre la ve’. La ven muchísimos hombres y la ve muchísima gente joven y chavales que supongo que empezaron a verla en su día con su abuela y llevamos tantos años que hay gente mayor que me di que la ve desde que nació y es que si tienes 18 años me ves desde que naciste.