Ángel Martín: Habla claro de su brote psicótico, de drogas, de miedos o de sus ganas de volver a la tele
En ‘Por si las voces vuelven’ relata su propia experiencia con la locura
En los últimos años la salud mental ha dejado de ser un tema tabú y cada vez son más las celebs que hablan de sus propias experiencias con algún tipo de trastorno de este tipo. Demi Lovato ha hablado de su bipolaridad, J Balvin de su depresión, Zayn Malik de su ansiedad, Lady Gaga de sus trastornos de alimentación, Ainoa Buitrago de su agorafobia... Raro es el que en alguna ocasión no ha tenido que recurrir a terapia. Aun así, todavía hay mucho desconocimiento y miedos respecto a estas cuestiones.
Ángel Martín, al que muchos conocieron en televisión cuando estaba al frente de Sé lo que hicisteis junto a Patricia Conde, ha pasado por un brote psicótico que le ha cambiado completamente la vida.
Ha decidido contar su experiencia con la locura en un libro donde nos sumerge en una realidad más habitual de lo que podamos imaginar. En Por si las voces vuelven habla sin censuras de las voces que escuchaba y de las tramas que le hacían pensar que viajábamos hacia el cosmos en una nave que recreaba La Tierra, que había seres al otro lado del espejo que querían poseernos o que podía viajar en el tiempo.
Acabó ingresado en un hospital psiquiátrico y a su salida tuvo reconstruirse partiendo de cero. Y ahora, quiere ayudar a los que puedan pasar por lo mismo desde un punto en el que ya no tiene miedos y ha logrado esclavizar su propia locura.
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Dejas claro que te importa poco lo que digan, pero es cierto que puede que no todo el mundo esté preparado para leer un libro así, ¿te preocupa?
No, eso sí que no me preocupa. Hay algunas cosas que tienes que hacerlas independientemente de si son para todo el mundo o no. He recibido mensajes de gente, que son los que más me llaman la atención, comentando ‘no sé si estoy preparado para leer el libro o me da miedo leer el libro por lo que me pueda encontrar y me pueda dar cuenta de que estoy flirteando con algunas de las cosas que cuentes’. Eso me parece una reflexión curiosa porque si estás en un punto en el que te da miedo leer por si acaso descubres que a lo mejor estás rozando un vacío, igual es el momento de leerlo.
Y en ese caso vendrá muy bien la lectura por eso poso optimista y de esperanza que deja, ¿no?
Ojalá. Se puede remontar. Entiendo que habrá gente a la que todavía le esté costando y no sepa por dónde empezar, que es lo más normal del mundo. Pero la intención del libro, es decir, ‘oye, a mí cuando me pasó esto lo que a mí me ha servido es esto’. Si te sirve, fenomenal, si no te sirve, lo siento, pero al menos no guardarte las cosas que tú has descubierto y que a ti te funcionan, que sería muy raro. Sería como estar en un rincón y decir, ‘mira ese qué mal está, le podría dar un par de pistas por si acaso, pero me voy a callar’, eso sería un poco desconcertante.
De todas formas, yo leía el libro y esto de los límites de la cordura y la locura, tampoco me quedan muy claros.
Ya, son delicados porque muchas de las cosas, al final, son cosas que al final todos vivimos, sentimos o tenemos, solo que, se amplifican mucho. El volumen de cada uno, en algunas cosas, solo uno las sabe. Eso es lo más delicado, que no puedes medir cuándo empieza a ser peligroso y cuándo no, no hay una barra donde lo puedas ver y digas ‘ostras, una pérdida más, me destroza, un rechazo más, o una traición más’, no hay un contador de cosas que sepas que te van a afectar.
Porque tú hablas de acumulación.
Sí, yo creo que hay algo en ese proceso que todos hacemos de quitarle importancia a algunas cosas en nuestro día a día, tenemos tendencia a decir, ‘no ha sido para tanto’, o ‘no tengo tiempo ahora en pensar en esto que me ha pasado’, o ‘no voy a reflexionar si estoy donde quiero estar’, voy tirando millas sin prestar mucha atención a cómo estoy. Creo que eso lo hacemos todo y, al final, eso es lo que acaba petando. Y si tienes ciertos hábitos que son tóxicos, probablemente ese proceso se va a acentuar.
Muchos se agarrarán a tu consumo de drogas para intentar buscarle una explicación a lo que te pasó.
Sí, claro, pero lo interesante de esto es que, por ejemplo, hubo alguien que sí se ha leído el libro y no conozco de nada que a raíz de una entrevista que hice hace poco donde se mencionaba lo de las drogas, me dijo, ‘ostras, a mí me ha pasado lo mismo que a ti, pero que sepas que yo no he consumido drogas jamás, por si te sirve de algo’. Obviamente, estoy convencido de que es algo que potencia y acelera ese proceso, pero es un proceso del que no estás a salvo, aunque no consumas drogas.
De hecho, en el libro dejas claro que hay más gente de la que pensamos que pasa por este proceso.
Que hay mucha más gente de la que pensamos lo estoy descubriendo ahora. Sabes que es algo que pasa, algo que sucede, no tienes el mérito de haber sido la primera persona a la que le pasa esto, pero, de repente, lo que sí descubres es que hay mucha más gente de la que puedas imaginar a la que le pasa eso, y si no le ha pasado, está con miedo o rozando el que le pase. Gente que convive con gente a la que le ha pasado eso. Últimamente me da la sensación de que lo complicado es encontrar a alguien que no haya pasado por un proceso así o haya tenido cerca a alguien que haya pasado por algo así. Es algo extremadamente habitual. Si la gente entendiera o fuera capaz de ver físicamente lo habitual que es, perdería un poco la vergüenza o el miedo a mencionarlo en voz alta.
Sí es verdad que antes existían esas vergüenzas y tabúes, pero en los últimos años se ha revertido la situación y ahora es casi más raro encontrar a alguien que no hable de depresión, ansiedad o algún problema de salud mental.
Ojalá no sea esto un momento puntual y dentro de un año descubramos que era el año donde la moda pasajera era hablar de salud mental y parecía que iba a suceder algo. Ojalá no suceda eso y sea el principio de algo con una intención más allá.
De hecho, raro es el que hoy en día no va a un psicólogo, claro que tú adviertes de los malos psicólogos, que haberlos, haylos.
Sí, los hay. Muchas veces se hace la mención de ‘hay que ir al psicólogo, vete al psicólogo cuanto antes’, no, ‘vete a uno bueno, tronco’. Está de puta madre ir al psicólogo, pero busca uno bueno que también los hay que son muy, muy malos.
Lo que pasa es que todos estos temas son tan difusos y desconocidos que, saber diferenciar entre lo bueno y lo malo, parece complicado.
Si te hace sentir mal, es malo. Lo que es difícil es reconocer que te has metido en algo que es malo o que has elegido mal. Ser honesto contigo mismo y decir, ‘a lo mejor esto es malo o no lo estoy haciendo bien’. Lo que pasa es que, es muy jodido, cuando topas con un mal psicólogo porque cuando recurres a ellos están en el momento más débil de tu vida, es el momento de mayor fragilidad. Es importante que, si notas que te han hecho sentir mal o tienes dudas, coméntalo con alguien cercano. Te puedes sentir mal porque a lo mejor habéis removido algo dentro de ti que te hace sentir mal por ese recuerdo, pero, generalmente, eres consciente de si te encuentras mal porque has removido un recuerdo y están enfadado porque te ha llevado a eso y forma parte del proceso, en ese caso, ‘lo siento tío’, pero te puedes sentir mal porque es que te ha hablado mal. También los hay.
¿Qué ha sido lo más duro de todo el proceso: El antes, durante o después?
El después, la salida del hospital es lo más complicado porque es el momento en el que eres consciente de que estás roto por completo. El antes del ingreso tú estás viviendo en off, de manera que estás bien.
De hecho, tú afirmas que es lo mejor que te ha pasado en la vida, y no sé si eso es algo exagerado.
No, lo es, con diferencia, no es exagerado. El problema es cuando la gente piensa que esa frase la digo nada más salir del hospital, entonces se está mal interpretando. Ese análisis lo haces cuando te pones ahora, te pones en un espejo y haces el balance del Ángel que eras antes de todo esto y pasar por algo así te obliga a mirarte en un espejo y volver a construirte y ver qué cosas quieres meter y qué cosas no quieres meter. Eres consciente de que había una serie de cosas en tu personalidad que eran una mierda, que eran tóxicas para ti o para los tuyos, unos comportamientos absurdos, prejuicios probablemente instalados que nunca te habías planteado, una serie de defectos brutal y en el momento en el que puedes empezar a construirte de forma consciente, construyes lo que te apetece construir a ti y vas incluyendo las cosas que tú consideras que te hacen mejor y que te permiten crecer, que es algo que no hubiese hecho jamás si no llego a pasar por este proceso. Entonces, ¿qué me haya pasado esto es lo mejor que me ha pasado en la vida?, sin ninguna duda porque me ha obligado, por narices, a hacer esta reconstrucción. Pero el momento más caótico es cuando sales y está vacío por dentro y no sabes qué es nada, no sabes donde buscar, qué carajo va a pasar y crees que ya está, ha pasado y ya no se puede remontar.
Una de las cosas que me llamaban la atención es el recuerdo tan detallado y consciente que tienes de tu brote psicótico.
En mi caso recuerdo con muchísima claridad todos los momentos que cuento en el libro y otros que no cuento por no convertir el libro en un anecdotario. Es cierto que recuerdo sobre todo las sensaciones y motivos que me llevaban a hacer y a comportarme así. Lo recuerdo super nítido.
Y cómo se ve cuando ya no tienes esa forma de vivirlo.
Lo ves como cuando te sientas a ver una película. A medida que pasa el tiempo lo ves desde distintas capas. Cuando haces como la primera investigación de eso y decides que vas a escribir y te vas al pasado a viajar ahí, de repente, vas con cuidado porque de repente vas con cuidado porque donde vamos a entrar en un terreno delicado porque vamos a desempolvar muchas cosas que nos pueden llevar a otros lugares, bajas con mucha precaución porque vuelves ahí. Lo ves desde muchos lugares, primero es con mucha precaución, luego hay un momento que es duro, luego otro que es triste, otro momento en el que te conectas con emociones de aquel viaje y hay momentos en los que te ríes, de repente es, ‘me cago en la leche, llego con el perro a casa y me tiro a la piscina vestido, delante de unos tíos que no conozco de nada. Fenomenal Ángel, bravo por ti’. Es una montaña rusa.
Aunque te centras en lo que sentiste y sientes tú, qué difícil para los que están al lado. No nos enseñan a enfrentarnos a algo así.
Tampoco sé si se puede enseñar. El punto de partida es la empatía de uno mismo con los otros y lo difícil que es ponerte en el lugar del otro. Es muy difícil enseñarle a alguien a acompañar, sobre todo porque cualquier cosa que hagas o digas se puede convertir en dinamita para la persona que está en ese proceso. Es muy delicado. Creo que hay algo de muchísima intuición, sentido común, paciencia, fuerza...es muy delicado.
¿Sigue habiendo miedos?
No, en mi caso, no. No sé si es por chulería o qué. La sensación que me queda es que se puede remontar, si vuelve a suceder, tengo un manual al que acogerme e ir cada vez más rápido. Ya has hecho una investigación previa para saber qué puntos te ayudaron la primera vez, si volvemos a caer, vamos a recuperar todos esos puntos sin necesidad de buscarlos porque ya están en un papel.
Otra de las cosas que me llaman la atención es el concepto de esclaviza la locura, ¿qué poder, no?
Es la única opción que tienes en ese momento. Decides jugártela a ver qué pasa. Si esto estaba aquí quiere decir que esto está aquí. Vas a buscarlo tú y tratas de poner orden dentro de aquello que antes no lo tenía, con cierto miedo, pero lo haces.
Hablas de reconstruirte, ¿cuáles son los pilares por los que empiezas cuando tienes que partir de cero?
En mi caso fue dar por sentado que todo lo que era antes estaba roto.
¿No te quedaste con nada del Ángel de antes?
Nada, cero, no perdí tiempo. Llevaba demasiados meses perdido tratando de recuperar cosas del Ángel del pasado, tratando de entender por qué algunas cosas que me decían, que a mí me animaban, me interesaban o eran las que me hacían estar bien, ahora no funcionaban. Dejé de tratar de descubrir por qué todo aquello ya no funcionaba. A tomar por el culo, decidí empezar de cero, como si fuera un bebé. Descubramos qué cosas nos gustan ahora, qué cosas nos interesan ahora, qué cosas nos hacen sentir vivos ahora y ya está, empecemos desde ahí e iremos descubriendo cosas. Lo que tenga que volver, volverá y lo que no tenga que volver, no volverá. Fin de la historia.
Este nuevo Ángel, ¿es muy diferente del de antes?
Sí, mucho. Imagino que habrá un poso, nunca he sido un asesino en serie, nunca he sido un mal tío, no creo que nadie que se cruce conmigo ahora diga, ‘ostras, mira Satán’, de repente, mira qué cambio. Imagino que hay un poso que se mantiene. Son cambios que a lo mejor para el resto del mundo son pequeños o inapreciables, pero para uno mismo son extremadamente grandes.
Los informativos matinales que haces, ¿te han ayudado en este proceso de recuperación?
El informativo no empieza como formando parte de esta recuperación. Empieza más como una guerra personal mía con el mundo digital, de tratar de entender cómo cojones hacer algo que funcione y que te permita a empezar a tener cierta independencia y te permita crear cierto contenido que a ti te apetezca. Nace más de una necesidad personal de entender el mundo digital que de otra cosa. Nunca he visto el informativo como algo que formara parte del proceso de recuperación, sí he descubierto que gracias a ese proyecto se ha generado alrededor del informativo una comunidad lo suficientemente empática donde, cuando surge la posibilidad de escribir el libro, tienes la sensación de que es el momento y se puede hacer porque la gente va a entender que no lo estás haciendo por otro motivo que no sea ‘hey, te echo un cable por si te sirve’.
¿Volverías a la tele?
Ahora mismo no, para nada. Teniendo en cuenta que los proyectos que estoy creando dependen únicamente de mí y de lo que yo quiero hacer y como yo quiera construirlos sin tener que pagar peajes o tener que adaptar los contenidos o el lenguaje o las cosas que quieras contar a intereses de terceros, ahora mismo, no.
Sin ánimo de frivolizar con el tema, pero por quitarle un poco de hierro al asunto... Esto de ver en directo a The Beatles, Dire Straits o Mozart, tuvo que ser una auténtica pasada.
Mola muchísimo, no sabes cuánto. Es muy difícil que podáis entender lo mucho que mola eso, es fascinante. Es de las cosas más espectaculares que uno pueda vivir. Ese momento en el que todo es real y está sucediendo en este momento a tiempo real es una puta barbaridad inexplicable.
¿Se echa de menos?
Claro, claro, ¿cómo no vas a echar de menos estar con los Beatles en directo o con Dire Straits? Es como cuando me preguntan, ¿echas de menos cosas de la locura? Por supuesto, porque viajar en el tiempo es más guay que no viajar en el tiempo, es de cajón. Hay cosas que cuando te hacen sentir de forma espectacular, las echas de menos.
También más de uno, sin necesidad de estar loco, habrá pensado como tú, que Friends parodia su vida.
Eso está hecho a propósito.
En tu momento de locura pensabas que alguien iba a atravesar el espejo para quedarse con tu vida. Ahora, ¿cuántos espejos tienes por casa?
Muchísimos, mi chica es adicta a los espejos. Creo que en cada rincón hay un espejo.
En ese momento de locura, tu cabeza creó una serie de tramas, ¿tienes alguna favorita?
Hay muchas. Si tuviera que elegir una...aunque en el libro las separo para poder explicarlas y que se entienda el concepto de trama y señales, en realidad, lo más potente es descubrir que absolutamente todo tiene un porqué. Cuando puedes encajar absolutamente todo lo que se cruza por tu vista, por tus oídos, por tus manos, por absolutamente todo. Cuando tiene un significado y te lleva a confirmar o desmentir si hacer o no hacer si lo que estás pensando es lo correcto, posiblemente sea lo más interesante, lo más guay de todo, sería la mega trama de todas las sub tramas.
Ahora, ¿en qué punto dirías que estás?
Estoy extremadamente bien, no te voy a engañar. La sensación de estar construyendo cada cosa que haces de forma consciente es muy interesante. Es algo que nunca antes había hecho. Ni siquiera me había planteado la opción de que se pudiera hacer. Uno da por sentado que muchas veces es que la vida va en marcha y que sea lo que Dios quiera y cuando dices que voy a probar a construir de forma totalmente consciente cada cosa de las que haga, es otra cosa distinta.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...