Raquel del Rosario se enfrenta a las críticas tras contar el relato del ataque de un puma a su hijo
No busca culpables y aclara cómo fue la intervención de su hijo
Esta semana, Raquel del Rosario, estremecía al mundo entero con el relato del ataque de un puma a su hijo Mael mientras jugaba en el jardín de su casa. Una historia desgarradora que acabó con final feliz pudiendo haber sido una tragedia. Muchos han mandado todo su apoyo a la que fuera cantante de El sueño de Morfeo, incluido su ex, Fernando Alonso.
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Pero también hay muchos que han cuestionado muchas partes de su relato. Ella, no se ha quedado callada y ha matizado y contestado todas las dudas que han surgido. “Hago unas últimas aclaraciones con respecto a los dos últimos posts'', empezaba escribiendo en sus stories. Para empezar, se ha dirigido a los que no entienden que ese tipo de animales salvajes campen a sus anchas en zonas residenciales.
“Los pumas son parte de la fauna salvaje de California. Es muy poco común que se adentren en zonas residenciales y también que ataquen. En el condado de Los Ángeles no había habido un ataque a humanos desde los años 90. Tengo vecinos que llevan toda su vida viviendo en la montaña y nunca han visto uno ni en la distancia'', aclaraba.
También ha dado detalles sobre la madre y el hermano del puma que atacó a su hijo y que tuvo que ser finalmente sacrificado. “Tenía un año y comenzaba a independizarse de su madre. Pesaba 30 kg. Su hermano fue sedado, se le colocó un collar GPS y se le liberó en una zona cercana. Su madre ya lo llevaba'', explicaba.
La intervención de su hijo
En un primer momento explicó que su hijo tuvo que ser intervenido de urgencia. Ahora ha explicado cuál fue el motivo. “La intervención de Mael ha sido una cirugía plástica en la zona entre la barbilla y el cuello que quedó desgarrada. Los milímetros de los que hablaba el doctor eran hacia la garganta. Necesitó puntos de sutura en frente y varias zonas de la cabeza. Las heridas en brazos y espalda fueron superficiales afortunadamente'', aclaraba.
Después del desagradable incidente, la familia se ha mudado de casa, pero ella ha querido dejar claro que no ha sido por causa del ataque. “Cuando sucedió el incidente terminábamos de tramitar la venta de la casa. La decisión de mudarnos no ha sido a raíz de lo ocurrido. La tomamos hace meses'', confesaba.
Y como ya hizo en su primer relato, ha quitado culpabilidades, para zanjar el debate entre la conveniencia de vivir en el campo o en la ciudad. “No, la culpa no es de vivir en California o vivir en el campo. La culpa no la tiene nadie, aunque siempre necesitemos echársela a alguien. Lo que ha de sucedernos, sucederá: cruzando una calle en una gran ciudad o recogiendo fruta en nuestro jardín. Porque la vida se vale de experiencias independientemente del escenario'', reflexionaba.
Ella está contenta con su vida y asume que lo que ha pasado ha sido mala suerte. Parece que es lo último que va a comentar sobre lo sucedido.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...