Oro Jondo explica por qué las folklóricas, las divas de los 90 y las chicas urbanas gustan al colectivo LGTBi
Unas a otras se han ido dando el relevo

Britney Spears y Madonna, dos divas muy queridas por el colectivo LGTBi. / Dave Hogan/Getty Images
Dame más gasolina, así se llama el primer libro de Oro Jondo, un artista multidisciplinar completamente ‘made in Spain’ que se crio en un pueblo de Murcia con la flamenca sobre la televisión, su medio de conexión con el mundo junto a las revistas y discos que compraba en la gasolinera.
Luego se trasladó a Madrid para estudiar Bellas Artes y ahora es un artista que apuesta por la estética kitsch basada en la cultura popular, en esa que algunos siguen considerando baja cultura.
En el libro hace un repaso a la música que comprábamos en las gasolineras y que representaban a la clase más popular de nuestro país. De las folklóricas a la actual escena urbana pasando por la ruta del bakalao o Eurovisión y Operación Triunfo.
Amor por las folklóricas
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Y entre otras cosas, hablas de los artistas que tanto han definido al colectivo LGTBI, empezando por las folklóricas. “Ellas básicamente eran travestis”, afirma para explicar este tándem que han formado. “Tenían una hiper feminidad, acentuando la sexualidad asociada a lo femenino con el maquillaje, esos cardados, esos vestidos imposibles con esos volantes y esas historias de pasión”, añade.
“Al final, ellas eran un refugio de fantasía que tanto necesitaba el colectivo en aquel entonces que estaba mucho más oprimido que ahora. Además, muchas de las letras de las folklóricas las escribía Rafael de León, que era gay, y lo que hacía era transformar al ámbito femenino sus historias de amoríos con hombres casados, con marineros o con quien fuese para que ellas las cantaran porque él no podía contar esas historias al ser gay. Eran maricones con coño, literalmente”, reflexiona sobre lo que supusieron las folklóricas en la cultura de nuestro país.
Las divas del pop toman el testigo
Pero no son las únicas artistas que se han asociado a este colectivo. Las divas del pop o las chicas de la escena urbana también están en su imaginario. “El papel de las folklóricas luego pasó a ser el papel de las divas del pop en los 90 y en los dos miles. Y ahora las chicas de la escena urbana como La Zowi o Bad Gyal o Ms Nina”, afirma.
“Esas mujeres que muestran ese empoderamiento y ese barroquismo estético es algo muy marica, es algo con lo que el colectivo siempre se ha identificado y los primeros travestis, aquí en España, se vestían de folklóricas y cantaban por la Jurado o por la que fuese y ahora lo que hacen es un rollo muy así como el de las traperas: uñas enormes, esos brillos…”, explica sobre la evolución de la música asociada a la comunidad LGTBi.
Entre las divas que señala están las Spice Girls que fueron un fenómeno rompedor y pionero en el empoderamiento femenino. Llega a afirmar que la versión española de Victoria Beckham y compañía eran las chicas de Papá Levante, Bellepop o Sex Bomb.
“Yo soy una persona posmoderna e irónica y no se me puede tomar en serio todo el rato. Hay gente que se queda con el culo torcido o no entiende el lenguaje de este libro y yo creo que se nota que es muy irónico en la mayoría de los casos, aunque, a veces, doy datos, pero el tono, al final, es el que es, y creo que se entiende bien, aunque hay gente que está un poco desubicada. Al final, las Spice Girls fueron un pepinazo en los 90 y después aquí, tuvimos girl band en la versión española que eran las Papá Levante o las Sex Bomb, mirado siempre desde una visión irónica”, explica sobre esta arriesgada comparación que hace en su libro.