Jack Wolfgang: un lobo crítico de restaurantes y agente especial de la CIA.
Humanos y animales comparten escenario en este thriller 'noir'.
Esta primera historia del personaje creado por Stephen Desberg presenta un mundo en el que zoomorfos y humanos coexisten, compartiendo espacio, leyes e, incluso, la cama (si hay acuerdo).
Con esta premisa ya creada, Desberg presenta a Jack Wolfgang, un carismático lobo, de complexión fuerte y mucho éxito entre las mujeres que vive combinando dos trabajos de ensueño: crítico culinario de renombre (con una marcada obsesión por el Tofu) y agente especial de la CIA.
En este ‘La Entrada del Lobo’ (primera historia de tres), Jack sigue la pista del asesinato de un compañero que le lleva a tirar del hilo de una red de tráfico de sustancias. Una lectura entretenida que nace con un claro referente que nadie podrá evitar al hablar de este libro: ‘Blacksad’.
La archiconocida obra de Canales y Guarnido fue pionera en presentar personajes zoomorfos como protagonistas de historias de corte ‘noir’ y, hasta hoy, el gato detectivesco de esta pareja de españoles todavía busca cómic que pueda hacerle sombra.
Será ese agravio comparativo el que no permita a Jack Wolfgang convertirse en referente. La de Desberg, pese a ser una historia interesante, sufre una narración demasiado acelerada, impidiendo presentar como es debido a ciertos personajes que lo merecen o fallando en presentar un mundo compartido por humanos y animales, algo que podría haber dado mucho más juego.
Por su parte, el dibujo de Henri Reculé, pese a ser agradable, tener viñetas brutales (sobretodo para presentar entornos, valiéndose del gran trabajo de color de Kattri) y con facilidad para resolver las secuencias de acción, simplemente no puede competir con las acuarelas de Juanjo Guarnido.
Un servidor pide disculpas y recuerda que intenta siempre no caer en el recurso fácil de la comparación a la hora de prescribir, pero esta es una de las pocas ocasiones en las que evitar la comparación puede ser algo negligente.
Como cómic tremendamente parecido a Blacksad; Jack Wolfgang parece limitarse a cambiar un gato detective por un lobo agente de la CIA, con el añadido a la ecuación de lanzar unos cuantos humanos en algunas viñetas para presentar un mundo compartido entre especies (que, repetimos, es el punto que más deberían haber explotado para distanciarse de ese claro referente y no ha sido así).
Con todo, Jack Wolfgang es un muy cómic entretenido, con una historia interesante (aunque algo acelerada) que presenta personajes divertidos acentuados por su diseño animal, con un dibujo muy bonito y que nos deja con ganas de leer alguna otra historia del personaje.
Así que, como Blacksad ya descansa en todas vuestras estanterías, adelante con la compra de Jack Wolfgang; os hará pasar un muy buen rato.