Héroes del Silencio: Antonio Cardiel nos habla del manifiesto que provocó su disolución
Las condiciones de Enrique Bunbury no fueron bien recibidas
Antonio Cardiel es el hermano de Joaquín Cardiel, el bajista de Héroes del Silencio. La cercanía con el grupo le ha motivado para escribir su biografía. Héroes de leyenda cuenta con el testimonio de Joaquín, de Juan Valdivia y de Pedro Andreu. Aunque Enrique Bunbury se mostró accesible en un primer momento, a última hora declinó la invitación para participar del proyecto.
Eso no le impidió al autor seguir trabajando en este libro que recoge la historia de un grupo que todavía hoy en día, 25 años después de su disolución, tiene hordas de fans que tratan todo lo que tiene que ver con ellos casi como un rito religioso.
Esta biografía traza su historia desde el principio, cuando a mediados de los años ’80 se movían con arrogancia por la escena zaragozana, hasta doce años después cuando pusieron punto final a su carrera logrando demostrar que sus augurios de éxito eran certeros. Una trayectoria con mucha pasión por el rock and roll.
En ese transcurrir los miembros del grupo fueron distanciándose y asentando la incomunicación entre ellos. Junto a los excesos en su estilo de vida, los caracteres dispares y la enfermedad en la mano del guitarrista, provocó en desenlace que todos conocemos.
Problemas de incomunicación
¿Podría haberse evitado? “No lo sé”, asegura Cardiel, “lo que podrían haber evitado es la incomunicación que se fue apoderando poco a poco de la banda. Eso podrían haber intentado solventarlo”.
Estaban en Tijuana cuando Bunbury decidió reunir a sus compañeros y leerles un manifiesto en el que marcaba los puntos a seguir por el grupo si querían que él continuase como cantante. El enfado por las formas y el contenido hicieron que poco a poco, el resto fueran abandonando la habitación en la que estaban, dando por acabado el grupo.
“Si reúnes a tus compañeros en una habitación de hotel y les lees un manifiesto de cuatro páginas para cambiar, eso no es manera de hacerlo”, opina Cardiel. “Lo que hay que hacer es hablarlo de otra manera. Un día hablas de la guitarra que podemos llevar. Otro día hablas de qué duración deberían tener los temas. Otro día discutes con tus compañeros si las giras las estamos planteando bien o mal. Es un proceso que tienes que llevar poco a poco, con calma y con consenso. Pero si de golpe lees cuatro caras de condiciones nuevas para que tu grupo subsista, es complicado confiar en que eso pueda salir bien”, explica el autor.
Sin duda, uno de los grandes problemas que tenía el grupo era la incomunicación. Los problemas no se hablaban, se dejaban pasar y eso al final, pasa factura.
“Esos problemas que había al principio de si Enrique se iba o no se iba, no se hablaban. Cometieron errores graves de falta de explicarse las cosas a la cara. Cuando un problema de esas características se queda enquistado, ‘no lo abordo, no sé por qué pasó, no sé por qué volvió y no hemos hablado de ello’… y claro, poco a poco la convivencia se va resintiendo”, relata Cardiel que ha llegado a esa conclusión tras hablar con los tres músicos.
“Llega un momento en el que faltó diálogo. La prueba es la reunión de Tijuana, eso es anti diálogo. No puedes pretender que eso se acepte en 10 minutos y lo que intentaba Enrique era eso”, asegura.
Cardiel cree que las formas no fueron las adecuadas y que, tal vez, si se hubiera hecho de otra manera, podríamos haber tenido algún disco más de Héroes del Silencio. “Si ese manuscrito se lo das a tus compañeros, ‘oye, os voy a pasar unas notas que he tomado y las discutimos cuando os las leáis’… cojo los cuatro folios, procuro suavizar el lenguaje y voy tomando mis notas y lo hablamos. No lo sé. Faltaba comunicación y se hizo así, mal por parte de unos y de otros y salió como salió. Se iba fraguando todo poco a poco”, explica.
También insiste en que la incomunicación no fue el único problema. “Para Juan Valdivia llevar la gira con sufrimiento en la mano fue un desastre. Me decía, ‘cuando Enrique se puso así, ya no tenía ganas de luchar por la banda. En ese momento pensé ¿ya no puedo más y me vienes con estas?, que estoy enfermo, ¿sabes que te digo?, que tiro la toalla, que ya no tengo ganas de luchar si ya no voy a poder ni siquiera tocar en condiciones la guitarra’. Son muchos factores”, admite sobre lo que pasó.
La versión de Enrique
Cardiel asegura que Enrique no ha hablado mucho de este tema y que, es lo que más ha echado en falta a la hora de escribir la biografía. Sí ha hablado, aunque poco, en el documental que ha lanzado Netflix sobre el grupo en estas mismas fechas.
“Cuando tienes un problema y alguien mete el dedo en la llaga y dice ‘el problema es este en concreto’, la reacción primera es revolverse un poco”, explica sobre lo que sucedió con aquella reunión.
“Yo escribí una serie de propuestas que es lo que yo creía que podíamos hacer para mejorar la situación y cómo podíamos salvar la banda”, recuerda sobre sus intenciones con el manifiesto. “Mi recuerdo es que esa propuesta no sentó bien. Creo que fue ‘pues yo me voy del grupo’, ‘yo también’, ‘yo también’… en quince minutos creo que nos habíamos ido todos del grupo menos Pedro”, confiesa.
Y decidieron separarse, aunque no se lo comunicaron a nadie. Eso sí, cumplieron con todos los compromisos que tenían, ya sin la presión de tener que pelearse por tomar decisiones. Estaba todo claro.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...