Little Bird es la sorpresa del año
Llega con el premio Eisner a la mejor serie de 2020 bajo el brazo.
Hoy tenemos sobre la mesa otra de esas joyas que, si no fuera por el esmero de Nuevo Nueve (una editorial nacida en 2019 que ya está publicando imprescindibles) habría pasado con éxito por EEUU burlando nuestro radar.
Afortunadamente, Nuevo Nuevo se ha hecho con los derechos de la “mejor serie limitada de 2020” (según premiaron en los Eisner) y nos la presenta en un tomo precioso que -adelantamos- nadie debería dejar escapar.
Little Bird presenta un futuro distópico en el que EEUU ha perdido los papeles y libra una batalla continúa en nombre de Dios liderada por un alto cargo eclesiástico que, además, tiene la misión personal de encontrar la cura para la enfermedad que padece su hijo.
Al otro lado de esta guerra está la resistencia canadiense, un grupo de supervivientes que se niega a hincar la rodilla y que esconde a ‘Little Bird’, una niña especial que pertenece a una extirpe que puede ser clave en la salvación de ese niño que mencionábamos.
La historia arranca con una masacre en el que parece ser el último bastión de la resistencia canadiense, dejando sola a Little Bird con la misión de encontrar a ‘El Hacha’, prisionero de las fuerzas americanas y pieza clave en el desarrollo de una historia que arranca pareciendo una lucha entre oprimido y opresor, y poco a poco va creciendo como drama familiar.
No deberíamos contar muchos más del argumento de Little Bird, porque cada frase que escribamos jugará en contra de las 190 páginas de sorpresa que el álbum tiene para vosotros.
Dicho esto, toca dar paso a la ristra de halagos y es que ‘Little Bird’ es una de las historias más inspiradas y mejor contadas de las que he leído estos últimos años. Es cierto que podría sufrir algo de ese temido ‘efecto Snyder’ (por Scott Snyder -Batman The New 52-), que nos hace disfrutar tantísimo el viaje que puede convertir cualquier final en algo insuficiente para el lector, pero no es algo que querría que entendierais como crítica.
El caso es que Darcy Van Poelgeest se saca de la manga una historia absorbente y una narración trepidante llena de giros importantes en el guion y que combina con maestría una guerra entre naciones con un drama familiar que deja ese aroma a ‘Juego de Tronos’ tan especial.
A los lápices (y la tinta) está Ian Bertram, uno de los dibujantes con más carácter y personalidad de cuántos tenga la industria del cómic americano a su disposición. Sus líneas perfectas y el barroquismo de su dibujo recuerdan a grandes como Frank Quitely y delatan haber bebido de la misma fuente: el grandísimo Moebius.
Parece que Bertram era la herramienta perfecta para que el imaginario de Van Poelgeest pudiera cobrar forma, y es que pocos son los elementos que no han necesitado un potente trabajo de imaginación en esta historia que combina la más avanzada tecnología con la vida tribal.
Completa el trio Matt Hollingsworth, uno de los coloristas más cotizados de la industria, que hace un trabajo excelente con el dibujo Bertram.
Los tres volverán a unir fuerzas en ‘Precious Metal’ que, al parecer, buscará continuar con la historia del universo que presenta este libro; pero no temáis, Little Bird acaba lo que empieza.
Y poco más podemos decir. Cuando un cómic llega con un premio Eisner bajo el brazo (y una nominación Harvey a Libro del Año) no es aconsejable discutir demasiado. Además, Nuevo Nueve ha sabido estar a la altura con una edición espectacular en tapa dura que calca la original presentada por Image Comics para el mercado ‘yankee’.
Sin más; dejamos nuestra más ferviente recomendación de compra y la elevamos a ‘compra obligada’ para no dejar a nadie con la duda.