Jarras purificadoras de agua: consejos, recomendaciones y avisos de la OCU
Una propuesta más barata y ecológica que el agua embotellada
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Las jarras purificadoras de agua, un utensilio cada vez más habitual en los hogares españoles / Michael Blann / Photodisc / Getty Images
Las jarras purificadoras de agua se han convertido en una de las alternativas más baratas y ecológicas al agua embotellada. Cada año millones de toneladas de plástico acaban en la Naturaleza y por ello este producto cada vez es más habitual en muchos hogares. Si te estás planteando comprar una, estos son los consejos, recomendaciones y avisos que tienes que conocer según la OCU.
La Organización de Consumidores y Usuarios asegura que en nuestro país el agua se puede consumir tal y como sale del grifo. Sin embargo, para eliminar posibles impurezas o el mal sabor de algunas zonas estas jarras son una buena alternativa al eliminar el cloro y reducir su dureza.
Casi todas las jarras funcionan de igual manera: el agua pasa por un cartucho filtrante que está dentro de la jarra y se recoge en un depósito inferior, y el cartucho contiene diferentes materiales granulares y retiene compuestos no deseados.
Pero estas jarras purificadoras no hacen magia y requieren un mantenimiento. Hay que evitar que el agua quede retenida mucho tiempo dentro de la jarra porque pierde el desinfectante durante el filtrado. También hay que respetar escrupulosamente los tiempos de reemplazo del cartucho indicados en las instrucciones o en la propia jarra.
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Para un nuevo comprador de este tipo de productos, hay jarras con filtro de carbón activado (que retiene más contaminantes) y de resinas de intercambio iónico (hacen menos dura el agua); de distintos tamaños y formas (de entre 2 y 4 litros) y de cristal o plástico y acero inoxidable. La mejor elección dependerá de la región de España donde uno viva y también de las necesidades de agua filtrada que cada uno tenga.
Su precio suele oscilar entre los 50 y los 100 euros y con un buen mantenimiento y limpieza además de con la renovación de los filtros, su coste es poco más caro que el agua de grifo directamente pero muchísimo más barato que la embotellada.
Si siempre se siguen las indicaciones de la marca de la jarra purificadora (Brita, Aigostar, BWT...) y del fabricante de filtros, tendremos una agua purificada de la máxima calidad y apta para toda la familia a un coste muy asequible. "En general, el agua filtrada debe consumirse el mismo día y la jarra no debe mantenerse sin usar durante demasiados días. La jarra y todas sus piezas deben limpiarse regularmente" explican desde la OCU.