Películas que convirtieron a Quique San Francisco en un icono del cine quinqui español
El actor y humorista ha fallecido a los 65 años tras casi dos meses ingresado en el hospital por una neumonía bilateral
Quique San Francisco ha fallecido a los 65 años. El actor y humorista, uno de los iconos del cine quinqui, llevaba varias semanas luchando desde el hospital contra una neumonía necrotizante que había infectado uno de sus pulmones. Tras reaccionar positivamente al tratamiento y mejorar levemente, el pasado fin de semana la infección se agudizó, saltó a su pulmón izquierdo y los cuidados médicos no han sido suficientes para salvarle la vida.
En LOS40 hemos querido hacer un repaso por la filmografía de uno de los rostros más mediáticos y queridos de España. A pesar de sus polémicas opiniones políticas y su estilo desenfadado y radical, el actor siempre ha conseguido granjearse el respeto del público. Y aunque principalmente se lo conoce por su faceta como humorista, muchos olvidan que San Francisco se labró su nombre participando en un buen puñado de películas de la movida madrileña y el 'cine quinqui', convirtiéndose poco a poco en uno de los rostros más reconocible del cine español.
La larga noche de los bastones blancos (1979)
Película de Javier Elorrieta protagonizada por José María Rodero y Enrique San Francisco. Se trata de un drama sobre un joven nacido en un entorno rural, Andrés (San Francisco), que viaja a la jungla madrileña para buscarse la vida. Allí sufrirá una serie de desencantos amorosos que lo llevarán a conocer, en una taberna, a otro invidente como él. Entre ellos nacerá una fuerte relación de amistad que se consolida cuando una noche ambos quedan encerrados en unas cocheras de Metro. No pertenece al conocido como cine quinqui pero es necesaria para entender todo lo que vino después.
Navajeros (1980)
Uno de los clásicos del cine quinqui español. Dirigida por Eloy de la Iglesia y protagonizada por José Luis Manzano, el James Dean español, y José Sacristán, esta película presenta la vida de las pandillas callejeras y las prostitutas que tratan de subsistir en los barrios bajos madrileños. Supuso el culmen de un tipo de cine que por aquel entonces estaba consolidándose como un fuerte movimiento contracultural. Enrique San Francisco interpretó al mítico El Marqués, un truhán y canalla "muy sensible" que se mueve en las altas esferas criminales.
Maravillas (1980)
Poco antes de Navajeros Enrique San Francisco se estrenó en el cine quinqui de la mano de Manuel Gutiérrez Aragón en esta comedia dramática protagonizada por Fernando Fernán Gómez, mentor de San Francisco, una cinta que trataba sobre una adolescente que necesita salir adelante en un entorno familiar inestable y tóxico. Mítica es la escena en la que El Pirri amenaza con una navaja a nuestro querido actor, al que llama membrillo, chota y chivato después de que Mavarillas (una estupenda Cristina Marcos) le suelte una frase mítica: "Eres el tío más feo que he visto en mi vida".
Colegas (1982)
Nueva colaboración entre Eloy de la Iglesia, José Luis Manzano y Enrique San Francisco, que esta vez sumó a Antonio Flores y Rosario Flores al reparto principal. La historia sigue a dos hermanos, Antonio y Rosario, que tratan de sobrevivir a su humilde condición social: roban, beben, mantienen relaciones sexuales y subsisten como pueden en un mundo del que parecen desconectados. Poco después del rodaje Quique San Francisco tendría un romance de cuatro años con Rosario Flores.
El pico (1983)
Otro clásico del cine quinqui encabezado por el tándem Eloy de la Iglesia - José Luis Manzano. La película se sitúa en Bilbao en los años 80 y sigue la historia de un heroinómano, Paco, hijo de un Guardia Civil y cuyo mejor amigo, Urko, es hijo de un importante dirigente abertzale. Terrorismo, drogas, política y la falta de expectativas de una sociedad marcada por la Transición, ETA y los conflictos sociales brillan en este clásico del cine patrio. Enrique San Francisco da vida a un escultor homosexual que ayuda a Paco a preparar varios golpes para sacarse un dinero con el que poder pagar sus adicciones a la heroína.