Dreaming Eagles es una historia de racismo en la segunda guerra mundial.
Garth Ennis no abandona el contexto bélico.
Garth Ennis, guionista de The Boys (entre otras muchas joyas), está a tope con la guerra últimamente. Si en “Sara” nos presentaba a un grupo de francotiradoras rusas con ganas de liquidar soldados alemanes, en “Dreaming Eagles” nos cuenta la historia de un grupo de aviadores afroamericanos sufriendo el momento más efervescente de la historia del racismo en Estados Unidos durante la segunda guerra mundial.
El guionista nos presenta a Roger Atkinson, veterano de los pilotos de Tuskegee, una iniciativa para convertir a pilotos civiles afroamericanos en pilotos de combate en los años 40.
Ya en los años 60 y habiendo dejado la guerra atrás, recupera su historia para inspirar a su hijo, que empieza a experimentar en sus propias carnes los problemas del racismo en EEUU.
En la piel de Atkinson, Dreaming Eagles nos llevará a las primeras misiones del escuadrón en África y los graves problemas que tuvieron que superar en el ejército derivados del color de su piel, como las ‘misiones suicida’ a las que se les enviaba en inferioridad numérica y técnica frente a los aviones alemanes.
La historia pasará también por Italia y Berlín, y hará paradas en el presente donde, en el porche de su casa, los Atkinson (padre e hijo) comparten ese momento especial.
La lectura de Dreaming Eagles es pausada y, aunque lo intenta, no pierde la calma ni para las escenas de acción aérea. En esta historia priman los momentos heroicos vividos en conversaciones y la importancia del guionista por hacer entender la gravedad del problema que vivió este escuadrón y el profundo respeto que se le profesa.
Posiblemente no sea una lectura para todos; no sólo porque la guerra es un contexto para ilustrar un problema racial, también porque hay historias que, por fuerte capacidad de inspirar que tengan, calan en menor medida en ciertas partes del globo en las que la memoria histórica llega hasta donde llega.
El dibujo corre a cargo de Simon Coleby que, si bien saca adelante paneles de acción aérea vistosos, no consigue encontrar un término interesante en las partes de diálogo. Cierto es que no es fácil sacar de donde no hay, y en ocasiones Dreaming Eagles parece no tener material suficiente para una conversión interesante a la viñeta.
Planeta Cómic publica Dreaming Eagles, que fue editado de forma original bajo el sello ‘Aftershock’ y lo hace en un tomo de tapa Dura que cumple con lo básico; recopila los 6 números originales de la serie y no deja demasiadao espacio para extras, más allá de un par de portadas, unas páginas de muestra del guión original y dos bocetillos del dibujante.