Muere Jackie Stallone, artífice de la rumpología, precursora del wrestling femenino y madre de Sylvester
98 años en los que vivió una vida tan excéntrica que parece sacada de una película de Terry Gilliam
"Esta mañana hemos perdido a nuestra madre. Murió mientras dormía, como ella quiso. Era difícil no quererla dada su excentricidad y extravagancia", escribía Frank Stallone para comunicar que su madre, Jackie Stallone, había fallecido. Tenía 98 años y una vida de excesos a sus espaldas. Y sí, la madre del actor Sylvester Stallone era tan excéntrica y extravagante que a veces rozaba lo bizarro.
Para empezar, era una adicta a la cirugía, y cada vez que hacía una aparición pública parecía una persona diferente. De hecho, durante una entrevista de hace dos años llegó a confesar que se sentía como "una ardilla" porque iba tantas veces al cirujano plástico que notaba como si "tuviese nueces en la boca". Cuando a sus 92 años acudió repeinada, con escote y totalmente maquillada al estreno de Los Mercenarios 3, todo el mundo se quedó boquiabierto.
Jackie Stallone fue una mujer que irrumpió como un terremoto en la sociedad estadounidense de mediados de siglo. Son conocidas sus incursiones en el mundo de la astrología –llegó a tener su propio canal de "atención al cliente"– y en la rumpología, una paraciencia con supuestas raíces ancestrales que leía el futuro de las personas en los pliegues de las nalgas. Tal como lo lees: la madre de Stallone sabía si ibas a morir viejo con solo mirarte el culo. ¡Y cobraba por ello!
En su página web profesional se vendía a sí misma de la siguiente manera: "He sido astróloga de reyes, primeros ministros, políticos, estrellas de cine, timadores, gangsters, policías y sacerdotes. Si puedo ayudarlos a ELLOS, seguro que puedo ayudarte a TI".
De joven Jackie fue una fanática del bodybuilding, una buena costumbre le inculcó a su hijo Sylvester, quien debía estar bien en forma desde joven para tener un cuerpo perfecto. De ahí que el actor más cachas de Hollywood –con perdón de Schwarzenegger– siempre estuviese agradecido a su madre del éxito que tuvo. De hecho, ella tenía claro que de no ser por la educación que le inculcó a sus hijos, hoy en día serían unos vagos.
Lejos de quedarse ahí, con casi sesenta años –y con Sylvester ya convertido en una estrella gracias a Rocky– Jackie Stallone fue una de las precursoras del wrestling femenino. Gracias a ella se popularizó la Gorgeous Ladies of Wrestling, también conocida como GLOW, la promoción profesional de mujeres del wrestling cuya fundación fue retratada recientemente en la serie Glow de Netflix. Jackie luchó por que existieran gimnasios de mujeres y que la televisión estadounidense incluyera más programación deportiva femenina.
En 2005 tuvo uno de sus momentos más mediáticos gracias a la televisión británica. Jackie Stallone fue escogida para formar parte de la horneada de celebrities del Gran Hermano británico. Ataviada como una diva y con una actitud más prepotente que conciliadora, aguantó solo cuatro días en el programa. Que compartiese casa con la exmujer de su hijo, Brigitte Nielsen, con quien tuvo innumerables roces, tampoco ayudó a la convivencia.
Hoy Sylvester Stallone y su hermano Frank deben decir adiós a su madre, uno de los personajes más interesantes y sí, excéntricos y extravagantes, que dio el siglo XX. 98 años que han dado para escribir un libro.