Mario Casas da una lección de intepretación en ‘El practicante’
El chico de oro adolescente se transforma en un enfermo mental celoso y psicótico en la nueva película de Netflix

Mario Casas caracterizado como Ángel en la película 'El practicante' (2020) / Imagen promocional (Netflix)
Se han vertido ríos de tinta tratando de discernir hasta qué punto Mario Casas es un actor de método o tan solo una cara bonita que sube el caché de marketing de las películas en las que aparece. Creo que en El practicante deja claro que la primera opción, el método, la búsqueda de la verdad y de la simbiosis con el personaje, es la que prioriza el actor a la hora de enfrentarse a un papel. Su transformación camaleónica de chico de oro adolescente a técnico de emergencias sanitarias con rasgos psicopáticos y obsesivos es escalofriante. Ese rostro pétreo al que a veces se acusa de inexpresivo brilla aquí con un inquietante halo de malignidad.
El practicante es el segundo thriller que Casas estrena para Netflix durante este turbulento 2020. En el anterior, Hogar, el actor de 3 metros sobre el cielo y Palmeras en la nieve hacía una interpretación secundaria más que correcta, aunque muchas veces quedaba eclipsado por el talento de Javier Gutiérrez. En El Practicante, por el contrario, Casas tiene rienda suelta para demostrar la complejidad de su personaje y sus dotes interpretativas: muestra una maldad inhumana siendo apenas expresivo; despierta rechazo con sus miradas, gestos y palabras; convierte a Ángel en un auténtico demonio, en carne de cañón del infierno.
La película se divide en dos partes bien diferenciadas: una primera mucho más sutil en la que la el director, Carles Torras, presenta la psicología de sus personajes y donde nos olemos que Ángel (Mario Casas) es un tipo inestable, celoso y obsesivo; y una segunda parte en la que El practicante se convierte en una película de género, un thriller de terror psicológico que va ahondando en la locura de un hombre enfermo que tiene unos rasgos claramente psicopáticos y homicidas.
El practicante es una película correcta que revela que Netflix es experta en reciclar géneros para presentar desde diferentes perspectivas historias que ya hemos visto en incontables ocasiones. No es un dardo envenenado como Joker, ni por supuesto tiene esos matices sociales, pero posee el mismo tono oscuro e inquietante, casi asfixiante. También refleja que Mario Casas es un actor polifacético y disciplinado que se vuelca en los retos interpretativos –en este caso el desafío también es físico por la condición de paraplejia que padece–, convirtiéndolo en uno de los talentos más importantes de nuestro cine. No es una película perfecta pero sabe mantener la tensión hasta el final sin decaer, y eso se agradece.
El practicante se estrena el 16 de septiembre en Netflix. Para descubrir más sobre Mario Casas y su interpretación, puedes leer aquí esta entrevista con el actor.