Muere Joel Schumacher, director de ‘Última llamada’, ‘El número 23’ y ‘Un día de furia’
El cinesata llevaba a sus espaldas 80 años y un puñado de películas que han pasado a la historia de los taquillazos
Joel Schumacher fue un director prolífico que supo combinar el talento de dirigir a estrellas de Hollywood con el de saber elegir proyectos que tuviesen éxito en taquilla. Se movía como pez en el agua entre las bambalinas de la industria, casi con tanta agilidad como detrás de las cámaras.
En su filmografía se encuentran cintas tan buenas como mediocres, pero todas ellas conocidas por el gran público, del que siempre fue un fiel servidor. Entre las primeras, las magistrales, se encuentra Un día de furia, aquella insoportable (por dura) metáfora sobre la falta de expectativas de un hombre corriente, un oficinista, que se harta de su trabajo, estalla contra la sociedad y se transforma en una persona violenta y peligrosa.
Protagonizada por Michael Douglas, Un día de furia sigue siendo su mejor trabajo, el más imperecedero por el trasfondo que toca –una sociedad podrida que aliena al ser humano con sus quehaceres insufribles– y en cierto sentido por la polémica que suscitó esa crítica al sistema. Y también por aquella escena inicial en un atasco que bebía de las pesadillas de Fellini en Ocho y medio.
Entre ese puñado de películas notables también se encuentra Última llamada, libre readaptación a-la-Hollywood de nuestra La Cabina de Antonio Mercero (a saber si Schumacher la había visto) sobre un hombre (Colin Farrell) que queda secuestrado en una cabina telefónica en mitad de Nueva York mientras un francotirador lo apunta desde un edificio. Si cuelga o deja de hacer lo que le pide, lo mata. Una cinta algo teatral, desarrollada en un único espacio y sus aledaños, que supo combinar un ritmo trepidante con un guion sólido y que se convirtió en un clásico instantáneo para los fans del cine de suspense.
Otras grandes películas de Schumacher fueron Jóvenes Ocultos, famosa comedia de terror sobre vampiros adolescentes que lanzó a la fama a Kiefer Sutherland (24), y El número 23, donde Jim Carrey demostró ser un actor habilidoso para meterse en papeles dramáticos, algo a lo que no nos tenía demasiado acostumbrados tras sus excéntricas comedias de principios de siglo.
Pero también hay una historia de oscuridad: en el otro grupo, el de "malas películas", se encuentran las dos adaptaciones más infames de la saga Batman: Batman y Robin y Batman Forever, obras que pasaron por los premios de los anti-Óscar, los Razzie, y que le dieron un serio quebradero de cabeza a Schumacher, que fue duramente criticado por bajar tanto el nivel y destrozar la franquicia del hombre murciélago. Él mismo reconoció que se había equivocado al elegir esos proyectos.
Asesinato en 8 mm, 9 días, El fantasma de la ópera, Tigerland, Tiempo de matar, El cliente y Línea mortal fueron, por el contrario, películas correctas –aunque no tan excelentes– que funcionaron extremadamente bien en taquilla, convirtiendo a Joel Schumacher en un auténtico peso pesado de la industria.
Hoy, un 22 de junio, debemos decir adiós a una leyenda del cine. A sus 80 años, la estrella de Joel Schumacher se ha apagado.