Marisol (Pepa Flores), icono del pop español
La actriz y cantante, galardonada con el Goya de Honor 2020, cumple 72 años el 4 de febrero
Pepa Flores nació en Málaga el 4 de febrero de 1948 y se convirtió en un mito de la música y el cine españoles; una niña de 12 años que abandonó su Málaga natal para conquistar las pantallas y los tocadiscos de toda España.
El pasado 25 de enero recibió el Goya de honor 2020 y, el día antes, se pusieron a la venta Orígenes -doble álbum que recopila las primeras grabaciones de su carrera- y Galería de Perpetuas, canciones para mujeres (reedición en vinilo de dicho álbum del 79).
Hablamos sobre Marisol (Pepa Flores) y su papel como icono del pop español con Luis García Gil, autor del libro Marisol-Pepa Flores, corazón rebelde (Milenio, 2018) y especialista en canción de autor y cine.
P: ¿Qué supone la figura de Marisol como referente e icono de la música española?
R: Creo que Marisol encarna, como muy pocas artistas, la mitología pop de los 60 en España. A pesar de surgir en el contexto del franquismo, supo transitar los ecos de esa modernidad en un país que padecía una dictadura. Se empapó del espíritu musical del momento y fue muchas cosas a la vez; sobre todo fue alguien que, desde muy pronto, libró una batalla para reconquistar su nombre y su identidad perdida: de Marisol a Pepa Flores. De la prodigiosa niña -mejor este concepto que el de niña prodigio- a la mujer Pepa Flores.
P: En cuanto a estilos musicales, Marisol pasó por diferentes etapas en su carrera; ¿qué aportó en cada una de ellas?
R: Supo beber de todas las fuentes. Los mejores compositores españoles del momento le surtieron de canciones, se cruzó con el Dúo Dinámico, con Palito Ortega... Fue flamenca, proto-rockera, yeyé, pop, latinoamericana, melódica, cantautoril… resume musicalmente los febriles sesenta y setenta que yo siempre he reivindicado musicalmente.
P: ¿Crees que se sentía cómoda en todos esos géneros?
R: A todo lo que cantó, le imprimió su estilo, su sello. De algo tan ñoño como Corazón contento hizo una obra maestra. Con el tiempo su voz se tornó grave, lo que dota a sus grabaciones de un poso indudable. También grabó canciones menos afortunadas y a veces se dispersaba musicalmente; pero esto no fue culpa suya. En general es una artista a redescubrir musicalmente.
P: ¿Cómo ha calado Marisol en los artistas de pop actuales?
R: Amaia puede ser un ejemplo de artista joven, compositora, salida de OT, que asume ese legado de Marisol. Su interpretación de Canción en los Goya sonó emocionante. Marisol no ha ejercido la influencia que debiera pero importa, y mucho, que artistas como Amaia canten y versionen sus temas, la recreen y la citen. El hecho de retirarse quizá la situó en un lugar indeterminado y pocas artistas han entendido su legado. Aunque Marisol está en nuestro subconsciente e imaginario pop, la crítica musical no ha sabido valorar a esa Marisol de finales de los 60 y 70 que a mí, particularmente, me fascina.
P: Un día antes de los Goya se publican Orígenes y Galería de Perpetuas (este último, reedición en vinilo). ¿Qué opinas sobre el galardón y estos lanzamientos?
R: Nuestros artistas populares merecen siempre que se les reivindique. La memoria debe luchar contra el olvido. Es algo hasta pedagógico: que nuestros jóvenes sepan de dónde venimos y cuáles son las fuentes. Hay que tener memoria musical y aprender, en este sentido, de Francia, de ese amor a sus cantantes.
Con Marisol es bueno que se haga pero también con otros artistas que sufren un olvido inmisericorde. Hay que decir que lo actual, lo coyuntural, no siempre es bueno. Tenemos que sentirnos orgullosos del legado de Marisol y esos dos discos muestran a una artista incipiente, llena de luz, y a la mujer rebelde de los setenta que graba canciones valientes, audaces y feministas (Galería de perpetuas).
En cuanto al Goya de Honor 2020, Pepa ha podido percibir ese reconocimiento de la industria que en otros momentos de su vida no se portó bien con ella o no la valoró como merecía.
P: ¿Por qué crees que se retiró Marisol?
R: Ella preanuncia su adiós desde los años setenta y tiene varias tentativas de retirada. Se va por hartazgo y tengo la impresión de que este país no estaba a la altura del mito Marisol. Cada cosa que hacía, se le cuestionaba. Fue incomprendido su giro ideológico con Gades abrazando las paradojas del comunismo. Pero ella explica muy bien la evolución del país, la historia de España desde el desarrollismo franquista hasta la consecución de la democracia.
Su desnudo en Interviú -posado robado- tuvo mucho de simbólico, como bien supo analizar Francisco Umbral, uno de los que más ríos de tinta derramó sobre el personaje.
P: ¿Consideras que habría sido una figura más y mejor valorada de no haber sido mujer?
R: Es evidente que sufrió su condición de mujer en contextos poco edificantes; se ha especulado mucho sobre ello. Esa permanente exposición al foco terminó agotándola, indudablemente.