La tecnología de PS5 y Xbox Scarlett ¿Qué tienen dentro?
La batalla comienza dentro de 1 año
Sony y Microsoft han decidido lanzar al mercado sus respectivas nuevas consolas en la misma ventana temporal: a finales de 2020, ambas deberían llegar entre octubre y diciembre. Un choque frontal provocado que tendrá consecuencias para ambos si una de las dos compañías consigue llevarse el gato al agua con excesiva facilidad.
Sabiendo esto, nos preguntamos cuáles son las armas de cada uno tanto estratégicas como tecnológicas.
PS5 incorporará un chipset AMD RYZEN de tercera generación fabricado “a medida” con 8 nucleos, arquitectura Zen 2 y gráficos Navi. Se ha confirmado que esta tecnología le dará soporte para el ‘ray tracing’ (una técnica de renderizado de luz muy potente y sólo disponible en buenos PC’s ahora mismo).
PS5 soportará resoluciones de hasta 8K (veremos para qué situaciones) y suponemos que el estándar para mover los juegos será 4K, con posibilidad de alcanzar los 120Hz en el refresco de la señal de video para convertir la experiencia en algo mucho más fluido que hasta la fecha.
Sin embargo, el elemento en el que más hincapié ha hecho Sony hasta la fecha es el almacenamiento SSD, algo que permitirá que la carga de gráficos en los mapas de los videojuegos sea imperceptible y que, a buen seguro, reducirá los tiempos de carga a la mínima expresión (habrá que ver después cuánto ocupa un videojuego instalado y de qué capacidad serán el disco interno de PS5 que, por cierto, la rumorología dice que podrá ser reemplazado en forma de cartucho)
Sony ha hablado además de un nuevo estándar para el audio 3D inmersivo, particularmente para los usuarios de ‘headset’ durante el juego.
Microsoft, por su parte, también usará arquitectura Zen 2 y Navi con chipsets hechos a medida por AMD. Hablando de cuadruplicar la potencia de su actual Xbox One X.
Lo mismo, 8K (veremos para qué), hasta 120 Hz en la tasa de refresco y Ray Tracing. También usará SSD y lo usarán como RAM virtual, para potenciar todavía más los tiempos de carga.
Microsoft ha asegurado que su nueva Xbox será retrocompatible con Xbox One, incluyendo periféricos, para no obligar a sus usuarios a comprar segundos mandos o headsets el día de lanzamiento.
Como veis, máquinas muy similares que llegan al mercado a la vez. Ya habréis imagino que la verdadera diferencia estará en los juegos.
Microsoft seguirá confiando en su Game Pass para añadir usuarios a sus filas. Una potente suscripción que ofrece más de un centenar de títulos que crece por semanas y que incorpora siempre los últimas novedades desarrolladas por Microsoft desde el día de salida.
Sony, sin embargo, parece tener la intención de seguir viviendo de esas exclusivas que sólo ellos tienen y que tanto atraen al público. El lanzamiento de Ghost of Tsushima ha quedado en el limbo por lo que raro sería que no fuera un título de lanzamiento para PS5 y, conociendo a la gente de Sony, sería comprensible la aparición de ediciones “definitivas” de The Last of Us 2 o Death Stranding, por ejemplo; juegos por los que la gente volvería a pagar y que elevarían los títulos de PS4 a un nuevo estándar.
De precio, por supuesto, nada se sabe; pero raro sería que cualquier de estas dos consolas estuviera por debajo de los 500 euros en su llegada al mercado.
¿Y vosotros? ¿Tenéis ya candidata para vuestro salón?
Dejemos que pase el tiempo, y veamos que tienen para convencernos.