Cuatro formas de destrozar tu verano en un solo segundo
Algunos se lo merecían más que otros...
Estamos metidos en pleno periodo estival, una época que esperamos con ansia y en la que tenemos puestas siempre grandes expectativas… aunque a veces, por un detallito de nada las cosas se tuercen… Y si no nos creéis atentos el dramita de verano, que vivió esta andayera…
“Un verano que tenía un novio al que le gustaba ir a camping nudista decidí animarme con tan mala suerte que el primer día me quemé todo el culo. Me pasé todas las vacaciones sin poder sentarme, boca abajo y en la sombra. Después de ese verano, no tuvimos más”
Es lo que tiene, muchas veces nos pasamos el año esperando a que lleguen las vacaciones, organizando viajes y planazos, y luego la cosa se tuerce de la manera más chorra. También tenemos que decir que alguno que otro se lo busca…
Por ejemplo, un candidato con todas las papeletas a merecerse un verano de reflexión es el turista norteamericano al que han detenido en Egipto por hacerse una foto con el culo al aire en las pirámides de Guiza. Tanto él como quien le hizo la foto han tenido que pagar 300 euritos para ser liberados.
Por una foto y fardar en las redes sociales, la cosa se nos va de las manos… Otro que ha tenido que soltar un buen dinero ha sido un turista holandés que se metió en una de las fuentes de la Plaza Navona de Roma para llevarse las monedas que echan los turistas. 550 euros de multa por la gracia.
En estos dos casos el destino no les ha jugado una mala pasada, ellos solitos se lo han buscado. Nosotros hemos querido conocer a aquellas almas inocentes que por un despiste o por mala suerte se quedaron sin vacaciones.
Entre nuestros andayeros nos hemos encontrado con Laura de Aranda de Duero. Con toda su buena intención decidió adoptar un perrito de la protectora. En uno de sus primeros paseos fue por un camino nuevo a la aventura y sin teléfono móvil. Tropezó, se rompió la pierna y tuvo que arrastrarse más de un kilómetro para que la encontraran.
Aunque si hablamos de mala suerte, tenemos que contar la historia de Miguel de Madrid. Junto a su pareja pusieron todas sus ilusiones en recorrer la costa portuguesa y disfrutar de unos días en el Algarve. Cuando llegaron al hotel, parecía directamente salido de una película de miedo… Sin deshacer las maletas se fueron directos al pueblo de su novia, pero para que no estuvieran solos, ¿qué mejor que un viaje de parejas? Eso sí, la otra pareja eran los abuelos de ella…
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