“Pedí que me llevaran al trabajo y cuando levanté la cabeza estaba en un descampado”
Historias de miedo no aptas para todos
Hoy en Anda Ya hemos rescatado una noticia que nos ha sorprendido mucho, Iker Jiménez, el presentador del programa Cuarto Milenio y el experto en canguelos más famoso de España, ha confesado la cosa que más miedito le ha dado en su vida: y se trata de las caras de Bélmez…
Sabemos que es una locura lo de las Caras de Bélmez, pero no esperábamos esto de Iker... Para los que aún no han llegado a su historia, se trata de una especie de caras que aparecieron en una casa de Bélmez, un pueblo de Jaén. Son como manchas, o humedades que se distinguen bastante bien y es uno de los fenómenos paranormales más conocidos del siglo XX.
Esto es lo que le quita el sueño a Iker y le pone los pelos de punta… El presentador además confesó que cuando hicieron el especial en el programa pasó mucho miedo, y que desde entonces tuvo pesadillas.
Nosotros hemos querido conocer más historias de miedete porque hasta nuestra presentadora Cristina Boscá ha tenido la suya, aunque luego no lo fuera… “Me viene a la mente un día que venía a la radio en taxi de madrugada, pero no estaba pendiente de la carretera, iba mirando el móvil, y cuando levanté la cabeza estaba en un descampado” Aquello no tenía nada que ver con la Gran Vía, por suerte y tras el susto el conductor le reconoció que se había perdido. Cuando llegó al estudio de Anda Ya parecía que había visto a un fantasma.
Otra historia española y tratada por el propio Iker Jiménez es la de la casa de los espíritus de Coslada, en Madrid. Durante dos años se escucharon todo tipo de ruidos extraños y sucesos inexplicables que mantuvieron despierta a una pareja en la localidad madrileña de Coslada en 1993. Al arrancar el papel de una de las paredes de donde venían los sonidos más extremos, se dibujaba un nombre: Charo.
Si esto os parece terrorífico, en 1952 se inauguró, en Tarrasa, el Hospital del Tórax, para tratar enfermedades respiratorias. El lugar elegido respondía a la necesidad de sol y aire puro de los enfermos. El problema que los internos no tenían más contacto con el exterior que las llamadas y la radio. Estos inconvenientes llevaron a cerrar el hospital, aunque las malas lenguas dicen que por sus pasillos se siguen escuchando gritos de "está muerto", chirridos y golpes.
Solo con leer estas historias se nos ponen los pelos de punta pero aún así hemos querido preguntar a nuestros andayeros qué es lo que les ha hecho a ellos pasar un mal momento… Algunas de las historias, son para no dormir…
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