Mi verano en The Crew 2
y aún me queda un mes de locura
No es el más cuidado, ni el más realista, pero probablemente sea el más grande y uno de los más divertidos. The Crew 2 mejora todo lo que tenía la primera entrega y añade aviones y lanchas para recorrer los miles de kilómetros que pone a vuestra disposición.
En ocasiones, uno simplemente busca diversión arcade; poder navegar con una lancha motora por los canales venecianos de Las Vegas, pilotar un avión bajo el puente de Brooklyn o conducir a altas velocidades montado en un Fórmula-1 por Central Park. The Crew 2 es exactamente eso y más.
Un nuevo sistema, además, nos permite cambiar de vehículo “on the fly”; podemos ir haciendo acrobacias en nuestra avioneta y pulsar un botón para quedar suspendidos en el aire como un Buggy, que caerá a la carretera y nos permitirá seguir la travesía por tierra. Tal cual.
Pero no son sólo las carreras lo que os mantendrá pegados al mando con este juego. Como salido del manual para crear “Forza Horizon”, encontramos infinidad de actividades opcionales dentro de un mega-festival de conducción en el que un novato acabará convirtiéndose en un gran estrella de mundo de la conducción.
La diferencia con el grande de Turn10 llega a la hora dar rienda suelta a la locura dentro del apartado creativo y abrumar con una propuesta de desafíos de conducción que ningún otro juego se atrevería a proponer; como saltar entre rascacielos montados en un coche, saltos de longitud desde una presa al volante de una lancha o saltos de altura en motocicleta para acabar convertidos en avioneta en el aire…
Cómo veis, una propuesta diferente que pierde la conexión con el mundo real e intenta sacar el lado más divertido de una propuesta puramente ‘arcade’.
Gráficamente, Ubisoft ha conseguido afinar un mundo que podía parecer plano a los ojos de muchos jugadores. Ahora las calles parecen de verdad y los efectos de luz, lluvia y terrenos mojados hacen que las texturas brillen como no lo hacían antes.
The Crew 2 no es el mejor juego de conducción que has jugado, pero juega bien sus cartas y consigue brindar una experiencia muy especial. La suma de un entorno gráfico muy cuidado, plagado de vistas espectaculares que rara vez encontramos en juegos “no arcade” y el hecho de que permita circular por tierra, mar y aire rompiendo con cualquier regla establecida en este género, consiguen que The Crew 2 brille con sus propios términos y se distancie del resto sacando pecho.
