¿Es posible hacerse pasar por influencer sin serlo e, incluso, ganar dinero?
Un experimento indica que... ¡sí!
¿Es posible hacerse pasar por influencer en Instagram sin serlo e, incluso, comenzar a cobrar dinero de las marcas gracias a ello?
Al parecer, sí, según un informe que no deja en muy buen lugar a las redes sociales y que asegura que cualquiera con una cierta cantidad de dinero puede convertirse por arte de magia en una de las personalidades de Instagram.
El estudio ha sido realizado por la empresa Mediakix, que demuestra que algunas usuarios compran seguidores para inflar su perfil y, así, resultar más atractivos para las empresas que invierten en ellos para promocionar sus productos.
Para demostrarlo, Mediakix creó dos perfiles en Instagram que crecieron en tiempo récord y recibieron ofertas de departamentos de márketing y comunicación.
Estos fueron los pasos que siguió la compañía para dotar de personalidad e influencia digital a dos nuevos perfiles: el de la supuesta it girl Alexa Rae (@Calibeachgirl310), de Santa Mónica, y el de la aventurera y viajera Amanda Smith (@wanderingggirl).
1) Dotaron de contenido las cuentas.
Para la primera, Alexa Rae, se realizó una sesión de fotos de un día. Las 73 imágenes resultantes fueron suficientes para obtener una página consistente. Para rellenar la página de Amanda Smith se utilizaron 45 fotos de ciudades como París o el parque Yosemite tomadas de una base de imágenes gratuita en internet.
2) Compraron seguidores falsos.
Comenzaron pagando por 1.000 usuarios al día para no levantar sospechas, aunque pronto descubrieron que podrían adquirir hasta 15.000 followers por día sin hacerlo. El precio era de 3 a 8 dólares por 1.000 seguidores. Alexa Rae se quedó con 50.000 seguidores y la aventurera Amanda con 30.000.
3) Compraron comentarios y likes.
A razón de unos 12 céntimos de dólar por comentario, y entre 4 y 9 por cada 1.000 likes. Para cada foto se contrataron entre 500 y 2.500 likes, y de 10 a 50 comentarios.
Estos pasos hicieron que la reputación digital de ambos perfiles creciera y que las marcas, que suelen tener en cuenta a los influencers con más de 10.000 seguidores, les prestaran atención y quisieran firmar con ellas distintos contratos (además, se escribieron mensajes a determinadas marcas para que les conocieran).
La cuenta de la viajera obtuvo contratos con una marca de bebidas alcohólicas y otra de refrescos y alimentación. La de la influencer de moda, con una firma de trajes de baño y con la misma empresa de refrescos y alimentación que la anterior.
La empresa que ha llevado a cabo este experimento advierte del peligro de los falsos influencers. Y a nosotros nos hace hacernos más de una reflexión...