El párroco de un pueblo de Pontevedra pide disculpas por haberse disfrazado del dueño de Playboy
Toni Martínez nos cuenta su noticia friki del día
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Cuntis es un pueblo de Pontevedra. No llega a los cinco mil habitantes. Tiene un párroco joven, de cuarenta años, y según el relato que leemos en ‘La Voz de Galicia’, es un párroco muy integrado en la vida del pueblo, muy querido por los vecinos.
Tan integrado que, en el reciente carnaval, decidió disfrazarse como uno más, y como uno más decidió hacer un poco el gamberrete.
Eligió disfraz: se puso una gorra de capitán de barco, un pantalón tejano y un batín morado que lucía abierto, dejando ver su pecho lobo.
Le preguntaban: ¿de qué vas? Respondía: de dueño de Playboy. Para que no quedara duda, se acompañaba de dos conejitas en ropa interior. Una de ellas era un amigo, un hombre travestido.
¡El párroco triunfó como el Cola Cao! Un exitazo de disfraz. Todos le hacían fotos. ¡Pero ay, amigos, Instagram fue su perdición!
De haber quedado la cosa en el pueblo, en fotos locales, nada habría sucedido, seguramente. Pero llegó a ojos del vicario, que pensó: ¡madre mía! Del vicario pasó al arzobispo, que pensó: ¡madre mía!
Y le han exigido al párroco que pida disculpas. El párroco ha pedido disculpas. Unas disculpas al resto del mundo, porque en el pueblo están encantados.
Ha habido en Cuntis manifestaciones a favor del párroco, de su disfraz y de las conejitas. Y una pregunta recorre Cuntis: ¿para qué es carnaval si no para hacer el loco?