Jennifer Lawrence casi mata a un compañero por rascarse el trasero
Provocó el desprendimiento de unas rocas en Hawái
Nunca hubiéramos imaginado que el culo de Jennifer Lawrence podría traer una desgracia al mundo. Quizá lo habríamos imaginado de su lengua a la hora de no cortarse un pelo y opinar sobre la brecha salarial de género o puede que sus continuos traspiés nos dieran pistas de que podría provocar algo más grande, pero no su culo. Ahora resulta que la actriz ha confesado que casi mató a un compañero de sonido de Los Juegos del Hambre por culpa de sus posaderas.
El equipo de rodaje se encontraba en Hawái rodando En Llamas. Debido al traje de neopreno que todos recordamos comenzó a sentir un fuerte picor mientras se encontraba en una roca sagrada en la isla, la cual utilizó como un cómodo rascador: “En Hawái existen unas rocas sagradas con las que no puedes tener contacto ni mucho menos sentarse en ellas” explió la actriz a Graham Norton en la BBC.
Jennifer se pasó esas indicaciones por el arco del triunfo y utilizar las rocas con un fin distinto al que tienen (ninguno) hizo que una de ellas resbalara y fuera a parar al lugar desde donde trabajaba el encargado de sonido de la película. Los lugareños pensaban que se trataba de una maldición porque los dioses no estaban muy de acuerdo con aquel rodaje a lo que Lawrence espetó: “¡Yo soy tu maldición, la desprendí con mi culo!”.
Una anécdota más a sumar a las de una actriz con la que debe ser divertidísimo trabajar. Si no te mata, claro.