¿Se ha vuelto definitivamente loca Lindsay Lohan?
Ha borrado toda actividad de sus redes sociales salvo de Facebook
No es que Lindsay Lohan esté pasando por su mejor momento. La que fuera una de las actrices infantiles más reconocidas llegó a trabajar con directores de la talla de Robert Altman pero de eso han pasado ya diez años. Con treinta la actriz anda como vaca sin cencerro haciendo todo lo que se le pone por delante, desde ser imagen de joyas en Madrid a subirse a las tablas del West End con una producción teatral no demasiado exitosa.
La última que ha protagonizado LiLo ha dejado a medio mundo atónito. Y no precisamente porque haya decidido convertirse al Islam (porque cada cual es libre de poder elegir la religión que quiera practicar o no practicar ninguna religión) sino porque ha eliminado todas las fotografías de su Instagram y todos los tuits de su Twitter de un plumazo. Se ha quedado a un solo paso de cancelar su cuenta como ya hicieran en su día Justin Bieber o Rihanna (aunque la de Barbados volvió con fuerza).
Quizá su renacimiento espiritual tenga que ver con un renacimiento social o quizá se trate simplemente de un hackeo. O quizá se trate de la influencia de su actual pareja, quien no cae demasiado bien entre los seguidores de Lindsay Lohan. Aquellas imágenes que pusieron el grito en el cielo en las que se veía como su último novio le levantaba la mano en aguas del mar Egeo quedaron atrás pero sus relaciones con el gobierno de Turquía no. Unas declaraciones hablando con un acento que jamás se le había escuchado han provocado risas pero también preocupación sobre el estado de salud mental de Lindsay.
Y ese acento es, nada menos, que turco. La prensa con mayor imaginación se ha apresurado a asegurar que Lindsay, quien ahora pasa temporadas en Estambul, podría ser parte de una campaña del gobierno turco para caer mejor a los colegas europeos después de una temporada de revueltas internas. A la salida de un club en Grecia que ha abierto con su expareja como socio y con acento turco sólo se nos ocurre que Lindsay se hubiera pasado con el licor local, pero no.
La misma actriz reconoció que ahora habla así porque no puede dejar de estudiar idiomas y por ello mezcla el inglés, el francés, el ruso, el italiano, el turco y el árabe. Nada más y nada menos. Lindsay parece haber dejado aparcada la actuación y ahora se dedica a vivir la vida lanzando improbables negocios y locas aventuras empresariales que nadie sabe a dónde llegarán. Desde luego, cuando le dijo a Oprah, en las mediáticas entrevistas que concedió hace dos años, que quería cambiar nadie se imaginaba que se refería a esto.
Eso sí, su Facebook se mantiene...