El 'voguing' vuelve más fuerte que nunca
Un baile arriesgado que nació en las fiestas más undergound de Nueva York
Cuando Madonna cantaba aquello de 'Come on, Vogue. Let your body move to the music' en Vogue (1990) ya hacía casi un lustro que el 'voguing' se había impuesto como el baile más combativo de las fiestas underground de Nueva York (de un Harlem en el que no era nada seguro estar) en el que todas las orientaciones sexuales de hombres y mujeres se daban la mano y en el que, por una vez, los afroamericanos queer tenían mucho que decir. Al ritmo de nuevos estilos musicales los que más pericia poseían llenaban las pistas de baile.
El 'voguing' pronto dio la vuelta al mundo y, como suele pasar con todas estas modas, enseguida llegó al mainstream lo que para muchos devaluó una danza que había aparecido para reivindicar la libertad sexual de todos y todas (sin importar sexo, raza o edad). Las grandes marcas se adueñaron de ella, las estrellas como Madonna la desgastaron hasta el hastío y la llama del 'voguing' se fue apagando. Hasta ahora.
El nuevo trabajo de Solange, A Seat at the Table, ha vuelto a sacar a la luz esta danza hipnótica (y complicadísima) que solo pueden llevar a cabo unos cuantos privilegiados con una flexibilidad a prueba de bombas pero es solo el pico de lanza de una recuperación que ya había iniciado otra cantante única, FKA Twigs.
La intérprete de uno de los mejores discos de 2014, LP1, se hizo enseguida conocida y reconocida por unos bailes que absorbían toda la atención del público. Su voz y sus contoneos enseguida recordaron al que fuera uno de los bailes más luchadores de los años 90. La música también retrotraía al trip hop, otro de los estilos que despuntaban entonces con cantantes como Tricky o Nawjajean.
En España la movida 'voguing' no se quedó atrás y colectivos como La Rara Team en Barcelona llevan varios años reivindicando el poder de esta danza. Otros, como los diseñadores Hosoi directamente lanzaron su colección de primavera / verano 2016 dentro de una batalla de baile entre bailarines de esta disciplina. Al final va a ser verdad eso que tanto escuchamos últimamente de que vuelven los 90. ¡Y larga vida a ellos!