El legado de Beyoncé
Lo que hay detrás de la música
El legado que deje Beyoncé va a ser mucho más que unas cuantas canciones que sonaron en las radios de medio mundo durante años. Si en su álbum homónimo lanzado en 2013 ya se atisbaba la intención de proyectar problemas sociales (Flawless), en este Lemonade abre, sin complejos, una caja de Pandora para el pueblo americano. Su primer single y aperitivo de este Lemonade fue Formation, un tema brillantemente reivindicativo. Y para mi grata sorpresa, a ese mensaje le siguen otros de la misma índole en el resto de temas de del álbum.
Decía Malcom X que "la persona más despreciada, más vejada, más descuidada de América es la mujer negra" y ese mensaje (certero) tiene una voz potente y poderosa en Lemonade. Pero Beyoncé deja claro que ella no necesita protección, que la mujer tiene la fuerza y la perseverancia para resurgir de sus cenizas como el ave Fénix "I'm gonna keep running 'cause a winner don't quit on themselves". Ella, sin duda, es poder: la noche del estreno de Lemonade se generaron 1.8 millones de tweets, y entre los habituales comentarios sobre su vestuario o la calidad de las canciones, también habían quienes discutían sobre asuntos sociales, quienes denunciaban la segregación racial americana y eso es todo un logro. Beyoncé consigue agitar conciencias.
Por la parte artística, hacía tiempo que no veía una pieza de música tan bien ligada a un contenido visual y a la vez lírico. El guión es impecable, y cada una de las escenas de ese Lemonade es ARTE.
La figura más humana y vulnerable de Beyoncé se refleja en este disco (llamémosle disco hasta que se cree una categoría para lo que ha creado). ¿Quién no se ha visto reflejado/a en ella cuando habla sobre el desencanto, el ahogo y la recuperación tras un engaño? Jay Z desde luego, ha pagado su escarceo amoroso.
Lo que está claro es que dentro de unos años, miraremos atrás y veremos a Beyoncé como una artista 360, que entiende que en el siglo XXI aún hay muchas cosas por las que mostrar inconformismo y rebelión, y que la música sigue siendo un arma de doble filo.
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