Carta abierta a Leticia Sabater
Esta semana nos dirigimos al faro televisivo que guió la infancia de toda una generación
Querida Leticia Sabater:
No tengo palabras con las que empezar esta carta. Todo cuanto te rodea en los últimos años me resulta tan surrealista y, en ocasiones, humillante que no sé cómo dirigirme a aquella que fue musa de todos aquellos niños de finales de los ochenta y principios de los noventa.
Lo último que sabemos de ti es que unos ladrones te han robado tu ropita interior. Ya, ya sé que te han robado varios objetos de alto valor económico y sentimental, que se han llevado una tele de casi 3000 euros, que robaron también tu ordenador personal… pero lo que nos ha llegado a todos es que los cacos te han birlado tus braguitas.
¿Por qué nos cuentas estas cosas? ¿Por qué siempre conviertes un tema serio en algo que termina siendo un descojone? ¿Por qué siempre nos llevas a pensar que todo cuanto te rodea están hecho para salir en los medios y volver a estar de moda?
Supongo que será duro cargar con nombre de reina y apellido de filósofo -aunque el de Fernando se escriba con v-, pero tú antes eras la reina de la tele. Cuando se hablaba de tele y se decía "Leticia", automáticamente todos pensábamos en esos programas tan cañeros que presentabas y que tanto gustaban a los adolescentes.
Ahora, Leticia, con casi 50 tacos que tienes, apareces en los medios de comunicación por razones tan surrealistas como que te han robado las bragas o que te has operado del himen. Sí, también contaste al mundo entero que querías volver a ser virgen (y lo conseguiste). Nos contaste a todos -y en varias entrevistas- tus problemas vaginales y temas de gran intimidad sexual.
Tú, Leticia, que naciste para ser nuestra Lady Gaga made in Spain y vas comino de convertirte en Estela Reynolds. Quizá lo próximo que leamos sobre ti en un portal de tele o de cotilleos es que Fernando Esteso te chupó el pezón… ¿No crees que no son necesario este tipo de noticias?
Tienes tu carrera como presentadora, actriz y cantante. Así te define la Wikipedia… y si la Wikipedia dice eso, eso es así. Ahora vives un momento profesional diferente al de la década de los noventa. Andas currando en el musical Fronze y, bueno, quizá podrían salir proyectos más ambiciosos… pero siempre es mejor que el público sepa de ti por tu valía profesional y por tus capacidades que por los episodios más escabrosos de tu vida privada.
Espero que las autoridades te ayuden a solucionar lo del robo en tu casa -incluido lo de tu ropa interior- y que, de aquí en adelante, volvamos a tener noticias tuyas relacionadas solo con tu trabajo… Porque, al fin y al cabo, ¿no es eso lo que todo artista del show business quiere? Y tú, sin duda, eres una artista.