Mario y Alaska aman la publicidad
No sólo les gusta porque ganen dinero con ella... también aprecian sus rasgos artísticos.
Cualqueir conversación iniciada con Mario puede terminar derivando en una oda al bizarrismo extremo. Empiezas hablando de publicidad y terminas comentando coreografías onanistas o hábitos de consumo de hachís.
O... porqué no, de su amigo peluquero que tiene un cerdo como mascota. Porque, como él mismo afirma "cada maricón es un mundo".