Un menú muy "suculento" a orillas del Mekong
Estando en la ciudad de Ho Chi Minh, antigua Saigón fui a visitar el famoso Delta del río Mekong, uno de los ríos más importantes de Asia, para navegar por alguno de sus canales a bordo de una pequeña embarcación. Tras una larga mañana de excursión, llegó la hora de comer y el guía que nos acompañaba nos llevó a uno de esos restaurantes para guiris. Reconozco que estaba hambriento e inocente de mí, me dispuse a mirar la carta de aquel sitio con la esperanza de poder degustar unas ricas verduras rebozadas en tempura, unos rollitos de primavera, una nutritiva sopa de noodles o incluso algún plato de talla más internacional como pizza o hamburguesa con queso.
Mi sorpresa fue al descubrir que el menú en cuestión estaba compuesto por platos nada frecuentes y, a mi gusto, muy poco apetecibles. Al principio pensé que era una broma, y que tras algunas miradas de pánico entre los allí presentes y algunas risas de los camareros terminarían por darnos el verdadero menú, además nuestro guía era lo que se denomina un auténtico “cachondo” ya que se pasó toda la mañana contando chascarrillos y chistes sobre los vietnamitas y sus rarezas. Pero a los pocos minutos me di cuenta de que no era el caso y que si quería comer tendría que elegir entre sopa de serpiente, iguana con verduras, ardilla al horno o cocodrilo al curry. Menos mal que también se incluía pollo, langosta y un extraño pescado llamado “oreja de elefante” y del que no había oído hablar en mi vida, pero que al fin y al cabo era pescado. Al final acabé comiendo una especie de plato combinado que consistía en arroz, verdura y una carne que preferí no preguntar que era. Tengo que decir que nadie se atrevió a probar ninguno de los platos y que los más valientes optaron por no ir más allá de probar el pescado frito.
¿Qué hubiérais hecho vosotros? ¿Os atreveríais a probar algo tan novedoso? He de reconocer que con el tema de la comida tiendo a ir con mucho ojo y que me cuesta experimentar con sabores no demasiado usuales, aunque es verdad que ese día tuve una oportunidad de oro para comprobar lo que todo el mundo suele decir cuando come una carne poco habitual: “Esta buena...Si sabe a pollo”. Siempre respondo lo mismo: "¡¡¡Pues para eso me como un pollo de verdad asado con sus patatitas y sus pimientos fritos!!!"
¡A que os ha entrado hambre! Pues ya sabes, avisa a tu gente e ir buscando fecha que la diversión y el buen rollo están más que asegurados. Imagínate vivir la experiencia de un viaje tan alucinante como este, una aventura con los amigos recorriendo Estados Unidos o un viaje por las mejores islas del Mediterráneo y con más marcha. Suena bien, ¿verdad? ¡Pues anímate y prepárate para unas vacaciones increíbles!