¿Se le ha subido a Katy Perry el divismo a la cabeza?
Alucina con sus exigencias para el backstage de sus conciertos
Al contrario de lo que pueda parecer, el trabajo de una estrella del pop no es nada fácil, y mucho menos cuando está de gira. Tener la sangre fría, la profesionalidad y el talento para subirse cada noche al escenario de una ciudad distinta no es algo que esté al alcance de todo el mundo.
Por ello es normal que necesiten tener un camerino comfortable donde poder relajarse y prepararse mentalmente antes del show, pero lo cierto es que algunas divas exageran con sus exigencias.
Así, Lady Gaga no sale a actuar si no hay una bombona de oxígeno, Madonna solo usa retretes sin estrenar y Britney necesita una capilla privada donde enconmendarse a Dios antes del concierto.Ahora acaba de salir a la luz el rider del Prismatic Tour, la nueva gira de Katy Perry, y por lo que vemos parece que la californiana también se ha entregado al divismo desaforado.
A pesar de que en público cultiva una imagen de chica accesible y normal, una fuente cercana ha revelado al Daily Mirror que detrás de las bambalinas no permite que los miembros de su equipo le dirijan la palabra antes del concierto.
Además, sus exigencias para el backstage son de aúpa: un empleado encargado de lavarle y cortarle la fruta, lámparas francesas de diseño, una alfombra cara color crema, una habitación llena de rosas rojas y blancas y un guardarropa cargadito de cosméticos y vestidos. ¡Casi nada!