Palau Sant Jordi se rinde ante una poderosa Beyoncé
Beyoncé ha convertido el lunes en el mejor día de la semana con su único concierto en España gracias a Los 40Principales
Todavía no hemos podido cerrar la boca después de ver lo que es capaz de hacer Beyoncé encima de un escenario. Mil adjetivos luchan por describir un espectáculo que ni se deja etiquetar ni definir. ¡Esto hay que vivirlo!
Se nota que con el anterior disco no giró lo suficiente y le apetecía sacarse esa espinita. Eso sí, se la ha quitado a cañonazos. Una gira multimillonaria y mundial que empezó la primavera pasada y que acabará en Lisboa este jueves, tras conseguir colgar el cartel de entradas agotadas en casi todos los recintos en los que ha actuado. El éxito de Mrs Carter Show World Tour cuenta con el premio “al mejor directo” de los MTV European Music Awards.
El escenario es doble y abruma tan solo verlo. Está repleto de trampillas que se abren y cierran al son de la música. De ellas puede salir un bailarín disparado, una barra de striptease o una flecha de fuego. Todo parece improvisado pero ella tiene muy claro dónde pisar. Los efectos de pirotecnia son increíbles y la pasarela que une los dos escenarios da la posibilidad al público de estar más cerca de la ex de Destiny’s child.
El show empieza con unos bongos que anuncian que la diva está preparada. El público la llama a gritos hasta que la música cesa en seco. Se abre el centro del escenario y allí aparece Beyoncé. Contra todo pronóstico no empieza cantando ni bailando. Callada y enfundada en la camiseta de fútbol americano que el diseñador Tom Ford creo para su marido, Jay –Z, lanza una mirada desafiante al público, sonríe y comienza a cantar de Run the World (Girls).
El resto es historia. Miles de momentos mágicos e inolvidables se nos quedan grabados en la retina. El más tórrido y caliente lo protagoniza sola, sin bailarinas ni muchos artificios. Suena Partition, la enfoca un solo foco y, clavando la escena del videoclip de esta canción, simula cabalgar sobre un caballo de una forma tan sensual que consigue acallar a las 18.000 personas que llenábamos el Palau San Jordi de Barcelona.
En el momento más impactante suena Why don’t you love me. Un éxito en el que Beyoncé rivaliza con las chicas de su coro como si de una “pelea de gallos” se tratara. ¡Brutal!
También ha habido tiempo para tirar de clásicos como Single ladies, repasar lo mejor de su nuevo disco, cantar en español una de las estrofas de Irreplaceable y, por supuesto, homenajear a Whitney Houston cantando I Will always love you que termina con un Padre Nuestro en español.
Una intensa hora y media en el que por más que Beyoncé luce más de 6 modelitos de infarto sigue fiel a su lucha por los derechos de la mujer. El elenco de músicos y bailarines está formado por mujeres, exceptuando dos gemelos guapísimos que se ganan a pulso su lugar en la pista.
Aunque la ejecución de los bailes y su interpretación son brillantes, queda claro que no deja nada al azar. Sobre todo cuando descubres que por más que se mueva siempre hay un ventilador que apunta directamente a su melena alocada. Lo tiene todo bajo control.
Con este espectáculo Beyoncé se ha convertido en la reina del Palau Sant Jordi. Ni bises ha necesitado para culminar. Los aplausos los tenía ganados desde el minuto cero.