Macklemore, de la adicción a la fama
El autor de Thrift shop tuvo problemas con la droga y el alcohol antes de que le llegara el éxito
El caso de Macklemore y su colaborador Ryan Lewis es una historia de lo más inspiradora para cualquier músico emergente que esté luchando por alcanzar el éxito. Sin tener ni siquiera un contrato discográfico y sin maquinaria de promoción detrás, este rapero consiguió de la noche a la mañana llegar a lo más alto de las listas de ventas con su primer álbum, The Heist, gracias en parte al poder del single Thrift shop, una de las cancíones más adictivas de los últimos tiempos, y desde entonces todo ha ido sobre ruedas para él: conciertos multitudinarios, portadas de revistas y actuaciones en los programas televisivos de mayor audiencia en los USA le han convertido en toda una celebrity.
Antes de que la fama y el reconocimiento masivo tocaran a su puerta, Ben Haggerty pasó muchos años puliendo su estilo al tiempo que iba ganando una pequeña pero leal legión de seguidores en su Seattle, y no fue un camino de rosas precisamente. En una reciente entrevista, el músico hablaba sobre las adicciones que tuvo durante esos difíciles primeros años: "No tengo ninguna moderación cuando tomo drogas o alcohol, y llegó un momento en que estaba destrozando mi potencial y mi vida" Así, en 2008 se internó en una clínica de rehabilitación y, excepto un pequeño desliz momentáneo hace un tiempo, ha estado limpio desde entonces. Esperemos que continúe así y podamos disfrutar de una carrera musical que, a buen seguro, nos traerá más alegrías en el futuro.