La última confesión de Michael Jackson
El 10 de febrero se editó un libro que recoge las conversaciones entre el Rey del Pop y su confesor, un popular rabino estadounidense
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"Yo represento a un ser superior. No estoy diciendo que sea Dios pero sí digo....". Así era como se veía Michael Jackson, según confesó al rabino Shmuley Boteach. Ésta y otras confesiones son las que el rabino ha transcrito para el libro "Las confesiones de Michael Jackson", que editó Global Rhythm el 10 de febrero.
Entre estas confesiones descubrimos a Jackson hablando sobre la pederastia, una de las mayores acusaciones que tuvo que soportar en vida, revelando sentirse prisionero de su fama, y afirma que fue ésta la que lo llevó a acercarse incluso obsesionarse con los niños. Éstos eran los únicos que lo trataban como una persona y no como el rey del pop. Sobre la mala relación con su progenitor confiesa: "Todavía le tengo miedo a mi padre. Cuando entra en una habitación, Dios es testigo de que ha habido veces en que me he desmayado por el mero hecho de su presencia".
Este libro supondrá un retrato sobre la vida emocional y sentimental de Michael Jackson, abordando temas muy personales y trascendentales como sus temores ante la vejez, sus teorías sobre Dios, el diablo y la creación del Universo o la soledad de la fama. Además de sus delirios de tener poderes sanadores, la maldad de Hitler, su condición de Testigo de Jehová en la juventud o su atracción por las mujeres, entre ellas la actriz Brooke Shields, así como su desconfianza ante la cantante Madonna, con quien decía no tener nada en común.