Imelda May en Madrid. La clase no está reñida con los tatuajes
Madrid, Cartagena y Barcelona son las afortunadas de recibir a la deliciosa Imelda May, una alegría que hay que conocer. Tres fechas imprescindibles para ver en directo a esta fascinante irlandesa
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Llegaba a Madrid tras revolucionar Canarias a su paso por el Womad. Tras actuaciones en Amsterdam y París volvía e España. No es la primera vez que pisa los escenarios madrileños, la última vez, el pasado mes de abril, nos fecundó el germen de su genialidad.
El pasado jueves fuimos hasta la sala madrileña Caracol, para escuchar en directo los temas de su Love Tattoo.
Un público numerosísimo (de hecho las entradas para este concierto se había agotado hace días), ansioso y dispuesto para esa mezcla de rockabilly, blues y jazz tan especial que ella sabe hacer. Preparados para bailar hasta que nos doliera el cuerpo a la vez que emocionarnos con sus baldas más "jazzeras".
Y a allí estaba Imelda May llenando el escenario con su sola presencia, apareciendo vestida de leopardo y con su particular look con tupé con mechón blanco.
Un espectáculo en mayúsculas que comenzó con su vertiente más enérgica, que mantuvo durante los tres primeros temas, para dar paso después a su lado "soft". Siempre y en todo momento, eso sí, sonando enérgica víbrate.
Una banda tan impecable como impresionante. Precisa guitarra, vibrante batería, un contrabajo aportando ritmo y cuerpo, y una envolvente trompeta dieron lugar a que temas como 'Big Bad Handsome Man' hicieran estallar la sala y el público madrileño. Con este hit Imelda pondría el punto y seguido a su directo.
Retomaba su posición en el escenario tras interpretar sus propias canciones para rendir su propio homenaje a Elvis y ofrecer una personalísima versión de "Tainted love" de Soft Cell.
Fresca, actual, sexy pero tímida. Así se presenta Imelda sobre el escenario. Ella y su que derroche voz y talento.
Un concierto que sabiamente equilibró las partes más "rockandrolleras" con el blues , llegando a momentos soul y swing, sonido New Orleans y temas que parecían sacados de una película de Tarantino.
Mucho rockabilly, por supuesto, pero también swing y jazz; las influencias de Buddy Holly, Gene Vincent, Eddie Cochran, Billie Holiday, o Aretha Franklin estuvieron presentes durante todo el concierto.
Aun quedan dos citas (20 de noviembre Cartagena, Festival Teatro Circo y 21 de noviembre Barcelona , jazz Festival) , para verla en nuestro país y además se ha confirmado también su participación, con artistas como Muchachito Bombo Infierno, Adanowsky o Luis Auserón, en el festival de Actual 2010.
Dos promesas hizo ayer a su público, la edición de un nuevo disco de forma inminente y volver a España para hacer más directos.
Para quienes piensen que el rock&roll, el rockabilly, es algo pasado, de película de años cincuenta norteamericana. Imelda May se ha cargado el tópico de un plumazo. Sonido actual con evocación clásica, pero proyección hacia el infinito.
¿La Amy Winehouse del rockabilly? Ella tiene más clase e incluso más registros.