El BBK Live se consolida como uno de los grandes festivales de nuestro país
Unos Babyshambles en plena forma fueron la sorpresa de un festival muy variado
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Si hay algo que predominó en este primer día de festival fue el adjetivo de tranquilo, y no por el inconmensurable marco del Monte Kobeta que ofrecía una magnifica vista de todo Bilbao ni la brillante organización que debido al no haber exceso de grupos permitía que no se solapara ninguna actuación, sino porque la respuesta de la gente fue bastante fría y sosa.
Salieron al escenario unos Editors que tampoco ayudaron mucho a animar a la gente con su mezcla poco original que los asemeja a un cruce entre Interpol y Coldplay y que ni llegó a convencer con su hit The Racing Rats. Un concierto bastante plano.
Justo después le tocaba el turno al plato fuerte del festival, los reyes del techno-pop: Depeche Mode. Con un set list que es el mismo que están efectuando en toda su gira mundial y que combina varios temas de su nuevo trabajo Across the Universe (su segundo tema fue Wrong) con varios del mítico Black Celebration y sin olvidar algunos hits del Ultra o del Violator. De acuerdo que no es el mejor set list que se podría esperar ya que se dejaron en el tintero temazos como Everything Counts o I Just can't get enough pero no fue un mal concierto. La culpa sin duda fue de un publico más que apagado que ni siquiera bailó con Enjoy the Silence o Personal Jesus y que permaneció bastante quieto.
Justo después Bassement Jaxx se confirmaron como un grupo de electrónica festivalera imprescindible con un derroche de músicos, energía y una vocalista negra que nos dejó hipnotizados. Versión soul de Romeo incluida y temazos como Red Alert o un fin de fiesta pletórico con Rendez Vu.
Viernes 10. El que se avecinaba como el día más flojo del BBK en cuanto a grupos se refiere fue el que mejores conciertos ofreció sin duda. Contra todo pronóstico se podría decir que el mejor concierto de todo el festival fue el que ofrecieron Babyshambles a las 18:00 y que derrochó energía por todos los lados con un divertido y comedido Pete Doherty que sin desfasarse demasiado y sin tirarse al público dio un repaso a todos sus clásicos incluidos Fuck Forever y Delivery y un amago de versión del Billie Jean de Michael Jackson. La única pega es que solo duró 45 minutos pero fueron suficientes para confirmarlos como un gran grupo.
Tras Doherty y los suyos en el escenario principal se reunía la Dave Mathews Band que dio un concierto perfectamente ejecutado y que aunque yo no comulguemos mucho con su rock americano sonaron perfectamente y dejaron estupefactos a más de uno.
El que no convenció en absoluto fue Chis Cornell que desde sus conciertos en directo con Soundgarden ya apreciamos que no era tan buen vocalista como se oían en sus disco, ya que su repertorio en solitario deja mucho que desear y hasta tuvo que recurrir rápidamente a clásicos de su banda como Spoon Man o Outshined así como a su tema para Casino Royale de 007 You Know my name.
Los que sí derrocharon energía fueron unos Kaiser Chiefs que hicieron moverse hasta al más quieto y que tocaron todos sus temas durante una hora y cuarto. Su cantante, Ricky Willson, no paró de moverse ni un minuto y bajó varias veces del escenario llegando a colgarse de la torre de luces que estaba situada frente al escenario. I Predict a Riot, Ruby, Never Miss a Beat o Everyday I Love you Less and Less sonaron como nunca.
Jane's Adittion no convencieron en absoluto con su música de heroinómanos para heroinómanos y con un Perry Farrel que cada día se asemeja más a Fabio McNamara. Lo mejor sin duda fueron los homenajes a Porno for Pyros o Work.
Pero lo más grande junto a Babyshambles vino con el precioso concierto que ofrecieron Echo and the Bunnymen en el que no faltaron Cocodriles, The Killing Moon y dos estupendas versiones del Walk on the Wild Side de Lou Reed y el Rodhouse Blues de The Doors. Un perfecto concierto de Pop.
Sábado 11. Ultimo día de festival en el que llegamos justo a tiempo de ver a Baddies, grupo de post punk del montón que no sonó mal pero que no fue mucho mas allá a pesar de contar con buenos temas como Battleships o Open One Eye pero que en directo no suenan tan bien como en estudio.
Los que si que destacaron fueron unos Asian Dub Fundation que desentonaban a las 21:00 de la noche pero que aún así formaron un buen alboroto con su electrónica mestiza combativa con temazos como Flyover o Burning Fence.
Pero lo que la gente esperaba de verdad ese día era ver a los chicos de Brian Molko, o sea Placebo. Su concierto fue impecable a nivel de sonido y puesta en escena y Molko demostró ser un gran cantante. El fallo fue un set list que se dejó infinidad de temas de los primeros discos y que se centró mas en su nuevo disco Battle for the sun sin olvidar claro The Bitter End o Special K.
Y para clausurar el festival salieron a escena unos Fischerspooner que demostraron que tras su primer disco poco más tenían que contar y que tuvieron que recurrir a tocar dos veces su tema estrella Emerge. Eso si, en el escenario hubo muchas plumas, muchos vestidos, espejos y bailarinas de Burlesque pero en cuanto a música se refiere, muy flojos.
No obstante, de lo que no nos cabe duda es de que el BBK, se posiciona ya como uno de los grandes festivales de referencia del rock y la electrónica en nuestro país junto a grandes y asentados como el FIB o el Primavera Sound.