Miguel Bosé deslumbra en las fiestas del Pilar de Zaragoza
El concierto, organizado por Los 40 Principales y el Ayuntamiento de Zaragoza, se convirtió en el más multitudinario de las fiestas de El Pilar
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El concierto de anoche, organizado por Los 40 Principales y el Ayuntamiento de Zaragoza se convirtió en el más multitudinario de las fiestas. Tanto es así que incluso tuvo que intervenir la policía local para evitar que la gente rompiese las marquesinas de las paradas de autobús que dificultaban la visión. Y es que tiene Bosé una capacidad para provocar el delirio con un simple movimiento de cadera. Con la sonrisa en primer plano, abrió el espectáculo con Amante Bandido, con Bambú se quitó la chaqueta, siguieron éxitos como Superman o Los chicos no lloran y en el momento de presentar a la banda comenzó a nombrar a todos los implicados en la gira, desde los músicos, técnicos de luces, carga, descarga, transporte de ida, de vuelta y así hasta terminar con todos los que estábamos entre el público y "la madre que nos parió". Palabras de Bosé.
Poco podemos decir de Papitour que no hayamos dicho ya. Unas coreografías cuidadas con detalle, un escenario dividido en varias alturas con una pasarela central con la que acercarse más a la gente, una cortina blanca de hilos rodeando el escenario y una parte trasera donde el protagonismo se lo llevaban las luces. Respecto a la banda, es difícil elegir entre el virtuosismo de Pedro Andrea o la desbordante personalidad de Tolo, así que lo mejor es disfrutar de ambos guitarristas, junto a teclados, batería, bajo y dos coristas que arroparon en todo momento las canciones de Bosé. De hecho, en el final del primer bis, fue una de las coristas la que comenzó el tema de Nena, solo a voz y piano, y lo hizo con tanta emoción que acabó aplaudiéndole toda la banda, incluido Miguel.
Durante el concierto también pudimos ver la colaboración en la guitarra de Sergi Arola. Sí, el cocinero. Arola fue conocido en la escena mod barcelonesa gracias a su grupo Los Canguros. Ahora sigue tocando por placer con una banda llamada C07, y anoche volvió a demostrar que por mucho que se le conozca por sus prestigiosos platos de alta cocina, lo que a él le alimenta es una dosis de escenario detrás de una guitarra. Sergi acompañó a Bosé en Sol forastero, y este último aprovechó para colocarse el cachirulo, el pañuelo tradicional de las fiestas de El Pilar, y despedirse con Don Diablo. Provocador, elegante, cariñoso, sensual, sonriente... Ése es Miguel Bosé. Un maestro.