Los grandes plantones de la música
Tokio Hotel cancela y a nosotros nos da por ponernos nostálgicos y recordar otros plantones. Y los hay de todo tipo, unos más verosímiles que otros, pero todos te dejan triste.
Una persona hace cola para comprar las entradas de ese concierto que tiene marcado en el calendario desde hace meses, llama a sus amigos, ?Las tengo, las tengo?. Son esas pequeñas cosas que llenan una vida de ilusión, los pequeños detalles a meses vista que iluminan la semana, que quitan el sueño la noche de antes. Y de pronto, sin saber bien de dónde viene la noticia te chocas de lleno contra ella. Han cancelado.
Los últimos los alemanes de Tokio Hotel. Alegan motivos de salud. Los más comunes, lo justo para no tener que dar más explicaciones. Es como cuando alegas el cumpleaños de la tía Rosa para no ir a ese plan que te mata de pereza. Nadie pregunta.
Pero en el historial de grandes plantones de la música hay todo tipo de excusas y razones. De las mejores la sonada caída de un cocotero caribeño del Rolling, Keith Richards. Muy normal trepar palmeras cumplidos los sesenta. Van Morrison dejo tirado Castellón por motivos de salud, de voz, el pasado enero. Leonor Watling pospuso su gira por laringitis. Un mal común producto de las largas giras, el poco abrigo, o la mala costumbre de no cuidar la voz.
Bob Dylan se escapó dos años de la escena pública y de los fans tras un supuesto accidente de moto, que según se ha sabido años después estuvo lejos de la importancia que se le dio en su momento.
Pete Doherty es un asiduo a cambiar de plan y ya dejo a Madrid sin su presencia en dos ocasiones, y fue uno de los motivos que llevó a Carl Barat a expulsarle de The Libertines. Pasó de ir a una gira por Japón y además aprovechó la ausencia de su compañero para asaltar su casa.
Los Mikas también nos dieron de lado el último verano. El jordano se olvidó de asistir al Summercase y Micah P Hinson dejo al FIB sin su visita por una operación de espalda. En los festivales son comunes estos desplantes y medio Benicàssim se quedó con la cara larga cuando Morrisey canceló su actuación media hora antes de comenzar. Limp Bizkit pasó literalmente de tocar hace unos años de la borrachera que se habían agarrado esperando su turno.
Algunos son forzados como el de Alejandro Sanz en Venezuela, que aunque finalmente se le dejo actuar le fue imposible encontrar hotel, transporte y colaboración por parte del gobierno de Hugo Chávez.
El mítico Paul Weller canceló en Madrid con todo el papel vendido debido a las obras de la M30 que no dejaron acceder a sus camiones de montaje hasta La Riviera madrileña.
Maroon 5 pospuso dos veces sus conciertos en España en 2005 por distintos motivos familiares. Vaya usted a saber. O la pobre Bebe que un esguince la obligó a aplazar varios bolos durantes unos meses. Y es que es difícil aguantar un ritmo de cien conciertos al año, la posibilidad de que pase algo es el temor que se apodera de los fans que ya han pasado por esa experiencia. Y es que uno acaba volviéndose escéptico y desconfiado y se tiende a mal pensar por los verdaderos motivos que se esconden detrás de los anunciados. ¿Quién sabe? Lo mejor mirar el calendario y esperar nuevas fechas, avisar a los amigos, ir a la cola, esperar horas y mandar ese mensaje, ?Las tengo, las tengo?. Otra vez será.