Jeff Mills y Mogwai brillan en el cierre del Sónar 2007
En el anochecer del Sónar de este año se pudo ver una auténtica lluvia de estrellas. El día grande, con perdón de los artistas del viernes como Justice y Cornelius, cerró por todo lo alto una completa catorceava edición. Devo, Mogwai, Fangoria, La Mala o
La tercera y última jornada del Sónar 2007 se apartó algo de la línea argumental por la que ha transcurrido la mayor parte del festival. Por un lado, las grandes figuras no defraudaron tanto como algunos de las cabezas de cartel de días anteriores, véase Beastie Boys, ya que más o menos todos dieron lo que se esperaba de ellos.
Y por otro, el Smiley de la imagen de esta edición brilló con más fuerza si cabe que en las jornadas pasadas. La psicodelia propuesta para este año por la organización conquistó en su última oportunidad todos los escenarios. El cierre se acabó convirtiendo en una lógica vuelta a los orígenes, haciendo honor a la parte más festiva del evento.
Entre los destacados de la velada estuvieron Jeff Mills, Devo o Mogwai, a los que hay que sumar algunas sorpresas, como la vuelta de Altern8 o uno de los pinchadiscos de moda, Radio Slave. Los escoceses Mogwai, líderes del rock experimental, hicieron uno de los mejores directos de toda la presente edición. La alternancia de sus indescriptibles atmósferas psicodélicas y el contrapunto de sus temas más temas más duros hicieron las delicias de los presentes.
Devo, a los que muchos creían musicalmente muertos desde hace tiempo, demostraron que todavía, pese a sus 60 años, tienen cuerda para rato. Su excentricidad escénica cayó bien en el Sónar de este año, al igual que lo hicieron los ya clásicos Alaska y Nacho Canut, quienes en su tercera aparición en el festival barcelonés pusieron la nota discotequera en castellano. Temas como No sé que me das o Retorciendo palabras de amor sirvieron de magnífica introducción para uno de los shows más fuertes de la noche, el del dios del techno Jeff Mills.
El astro americano, también clásico en las noches del Sónar, fue fiel a su sonido de Detroit y mantuvo en vilo a un público entregado con sus interminables y potentes mesetas sonoras. Siguiendo con la electrónica más festiva, otra de las más aclamadas fue como siempre Miss Kittin, la encargada de cerrar, ya de día, el escenario al aire libre.
El hip hop también tuvo sus ratos de brillo, empezando por parte del directo de La Mala o el principio de la actuación del dúo americano Rahzel & Dj JS-One, con una magnífica demostración técnica del segundo a los platos. Pero sin duda fueron los reggaetoneros Calle 13, auténticos renovadores del subgénero, quienes mejores sensaciones dejaron en el SonarPark. Con más de diez personas sobre el escenario, el espectáculo de movimiento y fuerza interpretativa de los puertorriqueños brilló con luz propia.
La noche del sábado, con la que se cerraba el Sónar más festivo de los últimos años, no defrudó a nadie. Las casi 20.000 personas que según la organización acudieron al recinto Fira Gran Vía pudieron disfrutar de un gran fin de fiesta en el que no faltó de nada.
La jornada diurna del sábado también tuvo sus momentos de explendor, como las actuaciones de Junior Boys, que con su pop romántico llenaron el SonarVillage, el techno suave de Claro Intelecto o el multitudinario y kitsch cierre de Hey Willpower.
La electrónica orgánica también tuvo su presencia en la última de las sesiones de día, con una Mira Calix delicada y oscura a la vez, en un set en el que lo artístico tuvo una presencia turbadora.
Cerrando el SonarComplex, y anticipando algo de lo que vendría después en el Sónar de Noche, la cantante y videoartista de Planningtorock abarrotó la sala ante la expectativa de escuchar una versión psicotrópica y renovada de una especie de Janis Joplin.