El rock & roll está vivo
El rock & roll palpita con fuerza y Fito & Fitipaldis son cómplices de su buen estado de salud. Los miles de incondicionales que han llenado hasta agotar las entradas todos los recintos en los que ha actuado la banda son el paradigma de que se continúa ex
El rock & roll palpita con fuerza y Fito & Fitipaldis son cómplices de su buen estado de salud. Si alguien podía considerar que la moda hip-hopera se impone en los gustos de la actualidad musical internacional, los miles de incondicionales que han llenado hasta agotar las entradas todos los recintos en los que ha actuado la banda del músico bilbaíno son el paradigma de que se continúa exigiendo rock.
Fito Cabrales y los suyos cantaron a los designios de un destino irrefrenable del que es imposible escapar, a la voluntad caprichosa de la fortuna y por supuesto al rock en la primera de sus citas con Madrid (Palacio de Deportes, 28/12/06), arropados por un lleno absoluto que revalidó el éxito que han cosechado con su nuevo álbum de estudio, Por la boca vive el pez.
La noche empezó, sin embargo, con Un buen castigo, uno de los temas más conocidos de su disco anterior Lo más lejos a tu lado (2003), que sirvió para entonar el ambiente con una canción cuya triunfo en directo está más que certificado. Llegaron a continuación dos de las nuevas joyas, Viene y va y Por la boca vive el pez, causa, ésta última, del impulso del que ha gozado Fito en esta nueva etapa.
El último trabajo del músico sonó casi al completo. Hubo tiempo para bailar a ritmo desenfrenado con Deltoya y para escuchar buena música con 214 Sullivan Street, en la que la guitarra de Carlos Raya, el bajo de Candy Caramelo, el saxo de Javier Alzola, la batería de Jose "El Niño" Bruno y el Hammond de Joserra Semperena demostraron que los Fitipaldis son los artífices de una ejecución musical maestra. Abrazado a la tristeza, Medalla de cartón y Acabo de llegar, interpretados en acústico, fueron los grandes ejemplos de lo que el antiguo líder de Platero y Tú ha conseguido con la balada-rock en su nuevo CD.
Fito Cabrales evocó su debut en solitario, A puerta cerrada (1998), con Rojitas las orejas y Quiero beber hasta perder el control, dos canciones obligatorias en su repertorio. De Lo sueños locos (2001) no faltaron A la luna se le ve el ombligo ni Para toda la vida, mientras que de Lo más lejos a tu lado (2003), La casa por el tejado y Soldadito marinero fueron dos de los momentos álgidos de la velada, con un público de 15.000 personas que cantaba a una sola voz.
Después de dos horas de directo, Fito y sus Fitipaldis dijeron adiós con Donde todo empieza, una despedida a medias que sugería con su última frase, "porque todo empieza cerca del final", que la formación aún tiene mucho que dar y mucho que rock&rollear.