Un genio austero
El líder de Wilco se presentó en solitario en la sala La Riviera de Madrid acompañado tan sólo de una guitarra y una harmónica, al igual que en su reciente DVD <i>Sunken treasure. Live in the Pacific Northwest</i>.
Pese a que Wilco se ha prodigado con generosidad por los escenarios españoles en los últimos dos años, había curiosidad por ver a su líder en solitario y en formato acústico. Un ejercicio de descompresión que a Jeff Tweedy le gusta realizar de vez en cuando para interpretar en acústico temas de su banda y de sus proyectos paralelos (Golden Smog, Loose Fur) y ya de paso reencontrarse con la esencia de lo que al fin y al cabo es el cogollo de su propuesta musical: el folk americano de toda la vida.
La excusa promocional era el lanzamiento del DVD en directo Sunken treasure. Live in the Pacific Northwest y el concierto del pasado viernes en La Riviera de Madrid comenzó con el tema titular en esa misma versión despojada y deconstruida que ya conocíamos de la película I am trying to break your heart. El resto de la actuación giró sobre el mismo eje. Abundaron los temas de Wilco, que sonaron familiares y novedosos al mismo tiempo, demostrando Tweedy algo que ya sospechábamos casi con certeza: que un artista innovador puede y debe ser también capaz de manejarse a la perfección en el clasicismo.
Resultó emocionante comprobar cómo temas tan complejos como I am trying to break your heart, Muzzle of bees o Spiders (Kidsmoke) funcionaban a las mil maravillas con tan sólo una guitarra y una harmónica y cómo pequeños éxitos como Jesus, etc, California stars o A shot in the arm eran coreadas por el público pese a sonar casi desnudas. Fueron estos los momentos de más alboroto en un concierto que, por lo demás, se desarrolló en su mayor parte en un entorno silencioso y casi frío. No ayudó mucho la media entrada escasa ni el hecho de que un local tan grande como La Riviera le restara gran parte de la cercanía y la calidez que se le suponen a este tipo de conciertos. Pese a ello, Jeff Tweedy se mostró relajado y de buen humor (dicen que le encanta actuar en nuestro país) y volvió a regalar al público madrileño ese lejano New Madrid de sus tiempos en Uncle Tupelo.