Un sentimiento universal
A primera vista, Cadizfornia puede parecer un simple juego de palabras. Sin embargo, esconde en su significado el viaje que Antonio Orozco emprendió hace dos años con su anterior trabajo, El principio del comienzo (2004), que partió de Cádiz y desembarcó en California. Durante el recorrido, el músico catalán convirtió sus experiencias en canciones y les otorgó la condición de universales para que todos pudieran identificarse con ellas.
Con Cadizfornia, Orozco ha sido padre por partida doble. La fecha de publicación del álbum no es casual, debía coincidir con el nacimiento de su hijo, a quien dedica el primer single, Tres corazones, una balada romántica en la que trata de explicar sus emociones como padre.
Para el cantante, su nuevo disco es el mayor cúmulo de responsabilidades al que nunca jamás se ha enfrentado, lo cual queda patente en la temática, centrada, en gran parte, en los problemas que golpean al mundo de hoy: la inmigración, el hambre, las guerras o el poder del dinero. Cortes como Soldado 229, un dúo con Iván Ferreiro que sigue la línea desgarradora de Es mi soledad, o Que se callen, sobre la llegada de las pateras, muestran el compromiso social de Antonio.
La fusión de ritmos y culturas ha sido otro de los intereses del artista en este trabajo. En Hoy todo va al revés, la música de Orozco se une al hip-hop de Tote King, mientras que en Por qué no les devuelves el sol, ha contado con la colaboración en lengua walof de Youssou N?Dour para narrar la historia de dos niños que viven en un país en guerra y escriben una carta a las autoridades contando su situación.
El romanticismo no desaparece en Cadizfornia, donde temas como Dime por qué o Todo lo que no te dije antes recuerdan al Orozco más sentimental de éxitos como Devuélveme la vida.