¡A por ellos!
La colombiana arrasa en el primero de sus dos conciertos en la Plaza de Las Ventas de Madrid
La colombiana arrasa en el primero de sus dos conciertos en la Plaza de Las Ventas de Madrid. Shakira cumplió a rajatabla el guión y desgranó sus temas más conocidos. También se produjo la sorpresa esperada por todos: Alejandro Sanz compareció para cantar La tortura.
Shakira ya lo avisó en la presentación de su gira Española el pasado mes de marzo: "Nada me gusta más que el público cante conmigo mis canciones", dijo la colombiana como anticipo de un show que efectivamente se basa en un repertorio compuesto por los éxitos más conocidos y coreables de toda su carrera. Con casi 40 minutos de retraso, una espectacular introduccón dio paso a Estoy aquí, el primer hit de los muchos que sonaron este jueves en Las Ventas.
Shakira, descalza y discretamente vestida de camiseta y pantalón negros, lideraba a una contundente banda que se mantenía en un segundo plano, dejándole metros cuadrados a la estrella para que se moviera a su antojo por el escenario. Te dejo Madrid, Don?t bother, Inevitable y Si te vas fueron lo más potente de una primera parte del concierto marcadamente rockera en la que Shakira llegó a empuñar la guitarra e incluso a marcarse un solo con ella.
Hacia la mitad de la actuación llegó el momento que muchos esperaban. Alejandro Sanz apareció en la escena y, tras regalarle una camiseta de la selección española de fútbol (con el 7 de Raúl), cantó junto a Shakira La tortura. La reacción del público fue tan espontánea como surrealista y al término de la canción empezó a corear el ¡A por ellos, oé! Parecía que lo estaban pasando bien.
Tras un intermedio en forma de proyección, en la que se veía a Shakira bailando a ritmo de Satie, la colombiana acometió una segunda parte del show mucho más espectacular y visual. Para No, volvió enfundada en un vaporoso vestido rojo con el que creó vistosas imágenes gracias a sus muchos metros de tela. Parecía un pájaro de fuego.
A continuación, apareció vestida de odalisca para alcanzar el clímax de la actuación con la interpretación de Suerte, cantando y bailando en un estrecho pasillo que la acercaba al público que abarrotaba el albero de Las Ventas. Pies descalzos y Ciega sordomuda mantuvieron el ambiente en todo lo alto hasta el final del grueso del concierto, antes de los bises.
Tras el descanso, la estrella aprovechó Ojos así para marcarse una sensual exhibición de danza oriental marca de la casa. El fin de fiesta llegó, cómo no, con Hips don?t lie. El teclista Albert Menéndez hizo de Wyclef Jean y Shakira terminó de poner patas arriba un Plaza de Las Ventas que, pese a algún que otro altibajo, vibró durante los cerca de cien minutos que duró el espectáculo.